La falta de vivienda es uno de los problemas más acuciantes que viven la sociedad catalana y española, con un déficit que, según el Banco de España, supera las 700.000 viviendas en el Estado, mientras que en Catalunya, solo en 4 años, se ha acumulado una necesidad de 125.000, según datos de CaixaBank Research. El consejero delegado de Molins, Marcos Cela, se ha referido a dichos datos, sin dar las cifras, pero para alertar que es urgente construir y que es necesaria la participación de los gobiernos, tanto el español como el catalán.

“Cada uno tiene que aportar su grano de arena. También la administración. Necesitamos soluciones, la administración tiene que hacer su trabajo de promover vivienda, y nosotros aportar una solución más sostenible y eficiente”, ha respondido Cela, que ha participado de un acto en Foment del Treball con Josep Sánchez Llibre, presidente de la patronal, e Ignacio Marull, socio responsable de PwC en Catalunya.

El CEO de la cementera Molins, que han aumentado el negocio y producen otros productos, ha explicado las soluciones de construcción industrial, con módulos que se producen en plantas y agilizan el proceso de construcción, porque lo hacen más rápido, sostenible, barato y seguro para sus empleados. Pero ha añadido que “es una solución para una parte del problema”, pero no para todo, por lo que “los constructores tienen que seguir ahí, y nosotros, colaborar con ellos”.

Molins ya ha llevado a cabo proyectos con construcción industrial, el último de 500 viviendas construidas en 17 meses, pero para hacer dicho proyecto ha sido necesario levantar antes una fábrica donde se producen las grandes estructuras con las que luego se construyen los edificios. “Si necesitamos una planta para 500 viviendas, imagínate para cientos de miles que faltan en España”, ha explicado. En este caso, la construcción industrial “no puede ser toda la solución, porque tendríamos que llenar España de fábricas”.

El camino hacia la sostenibilidad

Dentro todavía del capítulo de reclamaciones, Marcos Cela ha pedido a Bruselas más apoyo a la industria para que se adapte a las exigencias en materia medioambiental y de sostenibilidad: “Con la exigencia tan brutal a nivel legislativo, la industria tiene capacidad de adaptarse sin ayudas, pero cuando el problema es tan grande, necesitamos ayudas. Hay fondos, pero son claramente insuficientes”, ha reivindicado.

Molins está haciendo los deberes en esta materia, según ha explicado su consejero delegado, que ha recorrido la historia de esta compañía familiar catalana y su transición de una cementera a una empresa de soluciones de construcción, usando materiales reciclados –como con la reconstrucción del Camp Nou, el estadio del Fútbol Club Barcelona, donde han reciclado el cemento de la grada derribada para crear hormigón sostenible– y reduciendo la huella de carbono con plantas fotovoltaicas y eólicas.

Por ello, ha dicho que, en un horizonte de diez años, ve a Molins creciendo, como este año, en el que ha hecho dos adquisiciones, pero “forma sostenible y manteniendo los valores de la compañía”. “Me siento orgulloso de ser una multinacional, pero de origen familiar, y es importante mantener la esencia y los valores de empresa familiar, y seguir creciendo y sumando”.

Josep Sánchez Llibre ha calificado Molins de “empresa multinacional con alma social” y ha asegurado que una de las grandes satisfacciones en sus siete años de presidente de Foment fue cuando el expresidente de la empresa, Joan Molins, le llamó para decirle que retornaban la sede social de la misma a Catalunya.