Laboratorios Rubió invierte 14 millones de euros para ampliar la planta de fabricación de Castellbisbal (Barcelona), para duplicar la capacidad productiva de 10 a 20 millones de unidades, dentro de tres años. El proyecto supondrá también la incorporación de unas 70 personas que se sumarán al centenar de trabajadores de la compañía catalana, perteneciente a la familia Rubió desde 1968.

La farmacéutica tiene entre sus avances el Rubifen, el primer fármaco en España para el tratamiento del déficit de atención-hiperactividad (TDAH). También mantiene una posición consolidada en reumatología, nefrología, lupus, enfermedades renales crónicas y del sistema nervioso central. De manera tal que, actualmente, está organizada en las áreas de Rubió Pharmaceuticals, para medicamentos de prescripción y dispositivos médicos; Rubió Nutraceuticals, para productos OTC de autocuidado y suplementos alimentarios; y Rubió Metabolomics, para diagnóstico no invasivo y servicios d'R+D en metabolòmica, con tests como OWLiver y Liposcale comercializados en los EE.UU. con su filial CIMA Sciences.

A la reorganización del negocio, que se llevó a cabo el año pasado, se sumó la creación en el 2024 de la Unidad de Salud de la Mujer y Productos Hospitalarios, centrada en la ginecología, la salud reproductiva y el ámbito hospitalario, hecho que supuso reforzar la diversificación estratégica.

Fármacos para enfermedades minoritarias

El consejero delegado de la firma, Pelayo Rubió, ha destacado que "el perfil de producto que tenemos es para enfermedades más bien minoritarias, en las que la prevalencia es relativamente baja, y lo que nosotros hacemos es o bien productos que ya están al mercado, con nuestra propia marca y que es muy similar a lo que hay en el mercado, u otros que mejoran los productos existentes".

Durante el acto de colocación de la primera piedra del nuevo proyecto, Pelayo Rubió, consejero delegado de la firma, se ha mostrado convencido de la necesidad de seguir creciendo para retener la producción propia en la planta vallesana y no tener que externalizarla. La planta de Castellbisbal se inauguró en el 2001, y actualmente ocupa 2.900 m² de superficie. La operación permitirá incorporar tecnología de vanguardia, nuevas áreas de I+D y procesos digitalizados que permitirán mejorar la eficiencia y la sostenibilidad de las operaciones.

Fábrica de Laboratorios Rubió, en Castellbisbal (Barcelona).
Fábrica de Laboratorios Rubió, en Castellbisbal (Barcelona).

Rumbo a los 200 millones de facturación

En el 2024, el grupo obtuvo unos ingresos de 180,8 millones de euros -un 38,5% más que en el 2023- que espera elevar hasta 198 millones a cierre de este año. Del total, más de 150 millones se generan por las ventas a España y el resto proviene de la exportación. A escala internacional, los productos de Rubió se comercializan además de 70 países, con una red de más de 80 socios estratégicos. El negocio internacional constituye más del 70% de las unidades fabricadas.

Su inversión en I+D se centra en la innovación incremental y en el código genético de enfermedades hepáticas y metabólicas, trabajando en colaboración con universidades y centros de investigación internacionales. Lo hace a través de varios proyectos de I+D tanto para los mercados europeos como a norteamericanos. Este año destinará más de 13 millones de euros a investigación y desarrollo, cifra que supone un incremento del 30% con respecto a 2024.