El grupo Forcadell se encamina a ser uno de los grandes agentes inmobiliarios, en administración e intermediación inmobiliaria, en Catalunya. Esta es el hito de la compañía que acumula tres generaciones de la familia Forcadell y que a lo largo de 67 años de historia se ha ido adaptando para esquivar las dificultades de un sector, el de la construcción y el inmobiliario, "cada vez más complicado".

A grandes rasgos, la primera generación formada en 1958 por el matrimonio formado por Salvador Forcadell Fortuny y Carmen Company Montes eran constructores y promotores que fijaron la primera oficina a pie de calle, en el número 75 de la calle Tallers, en Barcelona. Allí iniciaron la labor de administración para los propietarios que compraban los inmuebles que ellos construían. Así compaginaron la construcción y promoción con la administración, con una visión innovadora. "A principios de los 70 se compró el primer ordenador, que muchos agentes de la competencia venían a ver para saber más informática y su aplicación a la administración de fincas y alquileres", explica el actual consejero delegado del grupo, Iván Vaqué.

El constante crecimiento, tanto de la gestión como de la construcción, con el boom inmobiliario en España, les proporcionó una gran dimensión. Su posición dentro del sector en Catalunya se ejemplarizó con la compra y reconstrucción de un inmueble en el número 3 de la plaza Universitat, donde todavía ahora están instalados la mayoría de los cerca de 200 empleados que tiene Forcadell.

La segunda generación liderada por Carles Vila i Polls, actual presidente, y Carme Forcadell Compañero, también ha jugado un papel primordial en la expansión de la marca. Con su visión se supieron dar un giro importante y dejar de lado la construcción, con la suficiente antelación para que la crisis financiera que arrancó en 2006 y estalló en 2008 no les perjudicara en exceso.

Los representantes de la tercera generación entró en "el momento que recordamos más complicado del sector de inmobiliario y de la economía en general, cuando eran bien palpables las consecuencias de la crisis del 2006-08", explica Vaqué, el yerno de Carles Vila. Vaquè se incorporó al grupo en el 2012 y en el 2015 asumió la dirección, para pasar a ser consejero delegado en el 2022. También su cuñada Mireia Vila Forcadell es la gerente del grupo.

Vaqué considera que desde que ha asumido los cargos directivos, en el sector, "nada ha sido fácil". Han tenido que afrontar la reestructuración del sector después de la crisis, esperar una recuperación que nunca ha acabado de consolidarse y que cuando lo ha hecho ha sido con cambios sustanciales, la pandemia, el boom de las proptech, los portales inmobiliarios, la carrera tecnológica, el intrusismo en un sector abierto a la libre competencia, una extrema regulación... La empresa se ha ido adaptando a las nuevas circunstancias, combinando el crecimiento orgánico con la adquisición de otras carteras inmobiliarias, y con cambios en la gobernanza, dando entrada a consejeros independientes al consejo de administración que era estrictamente familiar, con el matrimonio Villa y sus hijas Carme y Mireia.

Entrevista Iván Vaqué, Forcadell / Foto: Carlos Baglietto
El consejero delegado de Forcadell, Iván Vaqué, a las oficinas de Barcelona. / Foto: Carlos Baglietto

Cuando llegó a la dirección fue una de las decisiones que tomó Vaqué. "Desde el 2016, tenemos diseñado un plan de expansión importante que necesita un consejo profesionalizado; mucha más disciplina en la gestión empresarial y rendir cuentas regularmente", dice. "Ahora tenemos dos consejeros externos y queremos que lleguen a ser tres", comenta. Actualmente, forman parte del consejo uno experto en el sector inmobiliario y en el tema comercial, Carlos Torres Casasnovas, y un experto en finanzas y empresas, Joan Pla Miro. "El tercero tendría que responder, seguramente, a un perfil más tecnológico", apunta al consejero delegado.

Expansión por Catalunya

La inmobiliaria Forcadell está inmersa ahora mismo en la ejecución de la segunda fase del plan de expansión -que la pandemia truncó. Entre 2016 y 2019, la expansión se centró en Barcelona ciudad y el área metropolitana; y ahora "estamos consolidando aquella expansión haciendo crecer el negocio con más y mejores servicios y hemos reanudado el crecimiento inorgánico", concreta. De hecho, el año pasado adquirieron Finques Esvillar, una agencia inmobiliaria ubicada en Terrassa y especializada en la administración de comunidades y alquileres. Con esta operación, Forcadell ha cerrado 2024 con 2.000 comunidades de vecinos gestionadas.

Pero no tienen bastante. Actualmente, "hacen falta masa crítica y volumen" porque los costes han subido y las rentas que se cobran prácticamente solo sirven para cubrirlos; los márgenes son cada vez más estrechos". Asegura que en los últimos 25 años se ha pasado de cobrar una media de 12 euros mensuales para administrar un piso de alquiler a prácticamente la mitad, unos 6 euros en Catalunya, y 3,5 euros en el resto de España; mientras que los costes se han disparado porque "los proveedores de servicios -mantenimiento, obras, reparaciones... - han subido precios". Al mismo tiempo, la irrupción de las nuevas tecnologías ha propiciado la aparición de nuevos actores en el sistema -nativos digitales- que pueden ofrecer precios más bajos, aunque "la calidad se resiente mucho", advierte Vaqué.

El directivo argumenta que con este panorama el proceso de concentración del sector es inevitable si las empresas tienen que ser competitivas y rentables. Lo ejemplariza con la evolución que ha tenido el segmento en países como Alemania, el Reino Unido o Francia, país este último del cual dice que el 20% de las comunidades de vecinos del país está en manos de 4 ó 5 consultoras inmobiliarias.

Por eso, Forcadell aspira a ser una de las grandes corporaciones inmobiliarias en Catalunya y sigue analizando oportunidades para alcanzar una masa crítica importante: "estamos negociando para incorporar, si puede ser este año, un par de operaciones con carteras valoradas en 2 millones". Unas oportunidades que buscan en las otras tres capitales de demarcación catalanas: Girona, Tarragona y, también, Lleida.

En previsiones, la facturación de Forcadell en el 2025 tendría que llegar a los 12,6 millones de euros. Es un crecimiento importante sobre los 11,4 millones de 2024, "pero se tiene que tener en cuenta que incorporaron la cartera de Terrassa, valorada en un millón de euros".

Los directivos quieren que el radio de acción sea toda Catalunya, tanto en el negocio de gestión y administración de fincas y alquileres, como en la intermediación de activos inmobiliarios (naves, oficinas, locales, espacios logísticos y residencial). Hoy por hoy, el 50% de la facturación proviene de la gestión y administración de alquileres y comunidades, y el otro 50% es comercialización de activos. Dentro de este último, solo un 10% es residencial en venta.

Iván Vaqué, en representación de la tercera generación, dirige el grupo Forcadell. / Foto: Carlos Baglietto
Iván Vaqué, en representación de la tercera generación, dirige el grupo Forcadell. / Foto: Carlos Baglietto

"La solución a la crisis de la vivienda es facilitar suelo y construir"

En el segmento de la intermediación, la falta de oferta y la proliferación de agentes inmobiliarios también ha ajustado los márgenes comerciales. En definitiva, Vaqué insiste en el hecho de que la situación del sector de los APIs no es fácil.

Desde la crisis de 2008, explica Vaqué, se ha penalizado el sector de la construcción y el inmobiliario como unos de los causantes y detonante de la crisis y no se ha fomentado la construcción de vivienda. Eso ha derivado en "una situación muy complicada, para jóvenes y adultos, de acceso a la vivienda". Eso seguirá siendo así, porque "se puede hablar de legislación, de propiedad privada, pero la realidad de la situación radica en el hecho de que no se ha construido".

Como conocedor del sector, Vaqué defiende que "la solución a la vivienda es fomentar la construcción, porque cada año en España hacen falta unas 275.000 viviendas y no se están construyendo ni 10.000. Eso lo complica mucho porque quien puede pagar más se lleva la vivienda y en un mercado globalizado quien puede pagar más por una vivienda ya no es el residente sino la población que viene de fuera y tiene acceso a la vivienda a unos precios mejores que en su país. Hasta que no haya voluntad política de construir, cosa que quiere decir habilitar suelo y facilitar las condiciones a constructores y promotores, la vivienda seguirá siendo un bien escaso y difícilmente accesible para muchísima gente".

El valor añadido que aporta Forcadell, según Vaqué, es el conocimiento que tiene para actuar ante las dificultades que tiene hoy en día el sector inmobiliario. Afrontando la situación manteniendo los servicios de calidad en cada una de las líneas de actuación de la firma que "no ha dejado de innovar desde sus inicios".

Nuevas tecnologías e IA

Forcadell ha entrado en la carrera de la tecnología, con preparación e información. Ha apostado por crear proyectos disruptivos, en solitario y en colaboración con otros actores del sector, unos más exitosos que otros. Lo que se ha consolidado ha sido la creación y desarrollo de Innomads, una nueva línea de actuación a través de la cual Forcadell explora -al lado de otras empresas del sector- el mundo del proptech y las nuevas tecnologías aportando su expertise y conocimiento inmobiliario a emprendedores y start-ups. Inmomads plantea la transformación de servicios inmobiliarios tradicionales y la cocreación de nuevos servicios, con un fuerte componente tecnológico, para satisfacer las nuevas necesidades de los clientes.

Vaqué hace autocrítica y admite que Forcadell y el sector en general no ha sabido aprovechar nunca la información de los datos que han ido recopilando. "Nunca hemos sabido valorar que los datos eran el petróleo de este siglo XXI". Toda esta base tecnológica, los datos, "es lo que dará a comida a la inteligencia artificial y las que facilitarán que las consultoras podamos hacer predicciones sobre las tendencias del sector y actuar en consecuencia", para seguir creciendo.