La consultora de ingeniería multidisciplinar Perdigó Medical ultima el desarrollo de la impresora 3D que facilitará el desarrollo de nuevos modelos óseos con un alto nivel de biorrealisme y permitirá el acceso real a la medicina personalizada. Es, por lo tanto, una pieza clave de un desarrollo sin precedentes que reproduce con extrema exactitud el hueso humano. Es decir, la impresora 3D de alta resolución se centra en un proceso de fotopolimerització gradual que permitirá controlar diferentes grados de rigidez de la pieza fabricada, generando así un modelo con el máximo grado de biomímesi en relación con el tejido óseo biológico del paciente.

"Conseguimos que la pieza se imprima con una resolución muy fina, ya que estamos hablando de menos de 15 micras", explica Marcello Brunero, consultor en ingeniería de diseño (design engineering consultando) en Perdigó Medical. Además, el proceso facilita que haya partes con diferente dureza en la misma pieza, para ser más calcado en un hueso humano, "porque replica la estructura interna y externa que tienen los huesos humanos, de manera que los modelos resultantes representan fielmente el hueso biológico, tanto con respecto al tejido como a su densidad o porosidad".

Brunero admite que es también esencial para conseguir este objetivo disponer de un innovador biomaterial óseo biocompatible ha desarrollado la empresa DAN·NA, una empresa catalana de bioingeniería dedicada al desarrollo de biomateriales avanzados y bioplásticos por el sector tecnológico. Este biomaterial hace que las piezas tengan las mismas propiedades biomecánicas que un hueso humano adaptándose mejor al paciente.

La colaboración públicoprivada en el consorcio 3DBBT

Para este proyecto de I+D, que se inició hace tres años, Perdigó Medical y DAN·NA forman parte del consorcio 3DBBT, liderado por el Cluster MAV, junto con Catalonia.Health y las fundaciones Elisava y CIM-UPC. El objetivo es generar un nuevo producto que aporte soluciones a los diferentes problemas que presentan los modelos óseos sintéticos actuales, caracterizados por un bajo nivel de biomímesi morfológica, presentar problemas para utilizar materiales no biocompatibles o estar muy alejados del nivel de dureza real del hueso humano, además de no dar respuesta a una población diversa. El consorcio ya ha realizado los trámites de solicitud de patente en la oficina europea para que la tecnología llegue al mercado cuanto antes mejor.

El artífice de Perdigó Medical es Arnau Perdigó-Oliveras, que se especializó en dispositivos médicos en el Reino Unido, y que fundó la compañía en Barcelona, en el 2019. Actualmente, el equipo está formado por una docena de profesionales de varias ingenierías -desde mecánica, a eléctrica, médica o industrial, entre otros.

La compañía trabaja básicamente para proyectos de atención médica, impulsando avances en tecnología médica y ciencias de la vida. Así, entre sus áreas de actividad se encuentran dispositivos médicos, dispositivos in vitro o material quirúrgico, entre otros. Perdigó asume los proyectos de cualquier dimensión, desde las start-ups a las grandes farmacéuticas que les presentan ideas incipientes o en una fase más avance para acabar haciendo el prototipo y el desarrollo industrial. "El objetivo es que el proyecto se pueda industrializar para llegar al mercado", dice Brunero. Con esta labor, y en función del número de proyectos encargados, la facturación anual de Perdigó oscila entre uno y dos millones de euros.