La farmacéutica catalana Hipra trabaja en una vacuna contra la peste porcina africana que golpea estos días las montañas de Collserola y que ha obligado a confinar 34 granjas y bloquea parte de las exportaciones de porcino fuera de la Unión Europea, tras un brote en jabalíes. El año que viene, comenzarán a ensayar con los prototipos con animales, informa la Agència Catalana de Notícies (ACN). 

La investigación se realiza a través del consorcio europeo VAX4ASF, con el fin de combatir un virus que actualmente no se puede prevenir en Europa. El diseño de la vacuna se está coordinando desde HIPRA conjuntamente con el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa - CSIC. Las vacunas no estarán disponibles, como mínimo, entre 2027 y 2029, años hasta los cuales serán medidas como los confinamientos de granjas y la limitación exportadora las que combatirán el virus. 

El virus es "muy complejo", porque tiene hasta 150 proteínas, "varias de estas hacen la misma función; por lo tanto, el hecho de bloquear una no evita que el virus encuentre otras escapatorias para continuar infectando", ha explicado a la ACN la directora de Investigación de la División de Salud Animal de Hipra, Marta Sitjà. Ha dicho que no se puede poner fecha para tener una vacuna en el mercado, pero que todavía están "lejos". Es mucho más complejo que en enfermedades como la covid, que solo con una proteína ya puede modular la actividad. 

El trabajo para desarrollar la vacuna arrancó hace seis años en el ámbito global, después de que el virus matara a la mitad de los cerdos en China. En 2024, la investigación saltó a Europa y a la empresa gerundense con la ayuda del consorcio. Hay 17 países europeos que participan en el consorcio con diferentes roles y también participan Estados Unidos y Kenia. El proyecto ha llegado a su ecuador y a partir del próximo año comienzan los ensayos con animales. 

"En los dos años que vienen, el objetivo es hacer todas las pruebas de verificación con los estudios animales para acabar de confirmar que el diseño de la vacuna es el adecuado para poder garantizar un producto seguro", concreta la directora de Investigación de la División de Salud Animal. Además de ser efectivo contra la PPA, Marta Sitjà concreta que Europa también ha puesto el requisito de que el vaccí permita diferenciar entre aquellos cerdos que se han vacunado -y que por tanto también dan positivo al virus- y aquellos otros que realmente se han infectado y han contraído la enfermedad.

"Este sistema de diferenciación entre la vacunación y la infección supone un punto más de complejidad en el diseño de la vacuna", explica la directora. "Por lo tanto, es necesario que la vacuna proteja, pero que también tenga un marcador que permita diferenciar a aquellos animales vacunados de los infectados", añade Sitjà. La PPA, ha explicado, tiene como "células diana" aquellas que forman parte del sistema inmunitario de los cerdos. Y que, por lo tanto, afecte directamente e infecte "la primera línea de protección que tienen los animales".

 

"Todo esto hace que sea muy complejo encontrar una solución contra la peste porcina", precisa Sitjà. La directora explica que, en función de lo que se obtenga de los ensayos con animales que se realicen este 2026, se podrá empezar a pensar en las siguientes fases de desarrollo de la vacuna.

Pero Sitjà también admite que crear y desarrollar una vacuna "es un proceso largo" y que, en este caso, además de los estudios complementarios, también se debe tener en cuenta que la nueva vacuna deberá cumplir con las exigencias y requisitos que marque Europa. Por eso, de momento, Hipra no puede poner fecha para que la vacuna llegue al mercado.

Sitjà, sin embargo, sí que subraya que todos los que forman parte del consorcio están alineados para que haya vacuna contra la PPA. Y que dentro de toda esta red internacional, hay diferentes grupos de investigación especializados en diferentes ámbitos (por ejemplo, con estudios en animales, de epidemiología, de planes vacunales, de contacto del virus con jabalíes...).

"Además de desarrollar la vacuna, también hay todo un esfuerzo complementario para ver cómo la implementaremos a partir del momento en que la tengamos; y por otra parte, también tenemos a científicos haciendo investigación para que, si el primer diseño no funciona, podamos tener alternativas y otras propuestas para continuar trabajando en buscar esta solución", dice la directora de Investigación en Salud Animal.