Grifols sigue estando en el centro de la polémica tras presentar los resultados anuales de 2023. Según el informe financiero remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), una de sus filiales señaladas por Gotham City, la estadounidense BPC, abonó un dividendo de más de 266 millones de euros a Scranton Enterprises, sociedad vinculada a la familia fundadora también en el ojo del huracán.

El fondo de inversión Gotham puso en entredicho las operaciones de Grifols en su primer informe en el que acusaba a la farmacéutica catalana de maquillaje contable. La firma estadounidense cuestionaba la compra de las empresas BPC y Haema por parte de Grifols en 2018, que posteriormente vendió a Scranton ese mismo año por 538 millones de dólares. Scranton es una sociedad inversora neerlandesa y uno de los máximos accionistas de la farmacéutica (8%). Según dijo el presidente, Thomas Glanzmann, la familia fundadora controla solo un 20% de esta sociedad.

Grifols y Scranton consolidan en sus cuentas los resultados de BPC y Haema, algo que Gotham señalaba como una irregularidad, aunque la cotizada catalana asegura que puede hacerlo al conservar una opción de recompra por el 100% de ambas sociedades. Por otro lado el 'hedge fund' pone en duda un "activo financiero con partes vinculadas" de 321 millones de las cuentas de Grifols en la primera mitad del año pasado. El fondo bajista se pregunta si el receptor de ese dinero fue la Scranton.

BPC pagó un dividendo de 266 millones a Scranton para zanjar una deuda

Ahora, el informe financiero anual, todavía sin auditar, desvela que el 'holding' con sede en Países Bajos recibió un dividendo "sin salida de caja" de BPC por valor de 206,406 millones de euros. Un activo que se corresponde con un acuerdo de 'cash-pooling' (para compartir tesorería) entre Scranton y las empresas BPC y Haema. "Este dividendo corresponde al resultado de los 4 ejercicios anteriores a su accionista Scranton Plasma B.V.", refleja el informe financiero.

En este sentido, destaca que dicha distribución "ha tenido un impacto contra las reservas de las participaciones no dominantes del grupo".  Ya en las cuentas de 2022, Grifols señalaba que el acuerdo de tesorería mencionado entre BPC y la alemana Haema con Scranton vencía en 2024. Ahora, el nuevo informe financiero refleja que parte de la deuda se habría cancelado mediante el pago del dividendo, por lo que esta retribución de BPC a la sociedad vinculada con la familia fundadora ha servido para zanjar la deuda existente.

Por otro lado, Grifols destaca que este dividendo puede influir en el precio de la opción de recompra de BPC y Haema, que Grifols vendió en 2018 a Scranton. De este modo, el precio de la opción resultará del precio pagado en 2018 más la variación del capital circulante de BPC y Haema desde entonces, que "por el tipo de negocio de las compañías corresponderá a los beneficios no distribuidos".

Asimismo, tanto las acciones de BPC como las de Haema han sido pignoradas por Scranton ante Bank of America, pero en caso de impago, tendrá tiempo para ejercer su opción de compra y pagar las deudas con el banco norteamericano. El importe de la deuda se sitúa en unos 350 millones de euros.

Cuentas sin auditar y sin la firma de un consejero

La compañía ha publicado este jueves unas cuentas sin auditar por la consultora KPMG, cuyo informe esperan tener como tarde la próxima semana. Fuentes de la compañía explican que el auditor firmará el documento de auditoría "sin salvedades a más tardar el 8 de marzo de 2024 como ha hecho en todos los años anteriores". 

En este sentido, aseguran que la razón de las declaraciones provisionales, un método adoptado por varias empresas públicas en España, es que "KPMG está tramitando los documentos de apoyo para el informe final de auditoría, lo que les ha llevado más tiempo del esperado".

Las cuentas tampoco han estado firmadas por unos de sus consejeros, James Costos, antiguo embajador de Estados Unidos en España y que ahora ocupa un sillón en el consejo de administración de Grifols. La compañía destaca en el informe financiero que el motivo es su ausencia durante la reunión, pero que "no ha manifestado disconformidad ni oposición alguna con la documentación" presentada este jueves a la CNMV.

Todo ello acumula más incertidumbre en torno a la compañía que, a pesar de haber cumplido con los objetivos de crecimiento y haber registrado unos ingresos récord de más de 6.500 millones de euros en 2023, no logra convencer al mercado. Así, estas "anomalías", junto con el recorte del 71% de su beneficio por costes de reestructuración, ha provocado una nueva caída en bolsa que supera el 10% por momentos.