El fundador de WeWork, la conocida empresa de espacios de trabajo compartidos que se declaró en bancarrota en 2019, proyecta volver a comprarla con varios socios, que podrían aportar un capital de hasta 500 millones de dólares.

Adam Neumann, de nacionalidad israelí, ha declarado que son "media docena" de potenciales socios los que presentaron su oferta condicionada hace dos semanas, según coinciden varios medios como el Wall Street Journal o el portal CNBC, que citan a fuentes involucradas en las negociaciones. Sin embargo, Neumann no ha identificado a los potenciales financiadores de la operación, que le permitirían retomar el control de la compañía de la que fue expulsado hace cinco años.

La empresa no ha confirmado la oferta de Neumann. En un comunicado emitido este lunes, indicaron que "WeWork es una compañía extraordinaria y no es sorprendente que recibamos muestras de interés de terceras partes con regularidad. Nuestros directivos y asesores las examinan y siempre actuamos de acuerdo con los mejores intereses a largo plazo de la compañía".

WeWork se declaró en quiebra el 7 de noviembre de 2023, tras sumar una deuda de 10.000 millones de dólares. Los problemas financieros de la empresa, que llegó a estar valorada en 47.000 millones de dólares en 2019 tras una inyección de capital privado por parte de firmas como Softbank o Goldman Sachs, comenzaron tras la pandemia del coronavirus, cuando el teletrabajo comenzó a popularizarse en EE.UU.

Excentricidades del fundador

WeWork prometía revolucionar el mercado de oficinas con espacios compartidos, sin embargo, su crecimiento desenfrenado, las excentricidades de su fundador, años de problemas financieros, las dudas que despertaba en el mercado y el impacto de la pandemia la han abocado a la bancarrota. Creada en 2010 por el israelí Adam Neumann y el estadounidense Miguel McKelvey como una empresa de alquiler de espacios de trabajo o coworking dirigida a emprendedores y empresas emergentes, fundamentalmente tecnológicas.

Abrió su primer espacio en 2011 en el SoHo de Nueva York, ciudad en la que estableció su sede, y rápidamente emprendió un camino de aperturas sin descanso que la llevó a tener cerca de 800 centros en casi una cuarentena de países. En España, suma 4 centros en Madrid y 6 en Barcelona.

Pese a la quiebra en Estados Unidos, WeWork aseguró en noviembre pasado que su negocio en España está a salvo. Esta firma precisó que las operaciones fuera de Estados Unidos y Canadá no son parte de este proceso de bancarrota, por lo que la mayoría de mercados seguirían activos. "España sigue siendo un mercado clave y estamos plenamente comprometidos a proporcionar a nuestros miembros la experiencia que esperan a largo plazo", indicaron. En el resto del mundo, toman medidas "proactivas" para fortalecer la empresa.