En la recta final de un año que Lola Casademunt espera cerrar con una facturación de 60 millones, alrededor de un 10% más de los 56 en ventas de 2024 (cuando además ganó 1,4 millones), la marca de moda catalana prepara su expansión por Europa. Se trata de una facturación, si se cierra, 6,9 veces superior al momento previo a la pandemia, cuando facturaron 8,6 millones. 

Con presencia digital ya en el continente y puntos de venta en México y Arabia Saudí, pretende abrir sus primeras tiendas propias en Europa en Roma, Londres y París, que llegarían de cara a 2027. "Nuestro foco son Europa y América Latina", explica el consejero delegado, Paco Sánchez, tras su participación en el 4 Retail Fórum de Barcelona. 

Con presencia en 42 países y 840 puntos de venta en el extranjero, Sánchez reconoce también una posible apertura futura en América Latina, pero no desvela en qué país porque el proyecto aún está frío. En cuanto a las aperturas europeas, "todavía no son una realidad", reconoce, pero el éxito de los eventos y pop-ups en estas ciudades en los últimos meses consolidan los planes de apostar por el mercado europeo. Los éxitos de los últimos eventos en Milán y París, donde además se celebró una pop-up, consolidan las pretensiones de crecer en Europa. 

Entrevista Paco Sánchez, CEO Lola Casademunt / Foto: Carlos Baglietto

En un contexto en que la venta online cada vez es más importante y ha sido impulso del crecimiento de la empresa en los últimos años, "la tienda física es ahora más relevante que antes de la covid". "Es un showroom, un centro de experiencia donde puedes ver y probarte aquello que has visto en el canal online, detectas el acabado, el detalle. No es tanto un lugar para tomar un café, pero sí un lugar para estar bien, que sea un armario, un probador", dice Sánchez. 

La referencia a la covid no es casual. Fue en el año 2020 cuando la empresa "se profesionalizó", reconoce el consejero delegado, que llegó ese año, poco antes de la pandemia. Fue el año posterior cuando dispararon la facturación un 75% de los 8 a los casi 15 millones, cifra que casi se duplicó hasta los 28 al año siguiente y un 59% más hasta los 45 de 2023. Durante estos años, los trabajadores en la empresa también han crecido de los 70 de 2019 a los más de 180 actuales. 

Este crecimiento fulgurante en esta década para una empresa que nació en Cardedeu en 1981 hace que a Sánchez le guste decir que son "una start-up de 44 años". El rápido crecimiento, sin embargo, no les hace levantar los pies del suelo. "Tenemos que saber nuestro lugar. Nosotros no competimos con los gigantes de la moda, que son uno o dos. En Lola Casademunt nunca encontrarás un básico, hay un gusto por el detalle y no seguimos la moda, creamos nuestra moda. Vienes a comprar aquello que no encuentras en marcas verticales, con una calidad y un producto especial". 

Al mismo tiempo, la empresa que recibe el nombre de su fundadora, que murió el año pasado, se beneficia del buen momento de la moda catalana, con firmas importantes en todo el mundo. "Todo suma. Ayuda que haya habido representantes como Custo en la moda catalana, o ahora Paloma Wool, con talleres y aspiraciones como la nuestra, basados en la calidad. Nosotros queremos ser una industria, no solo 'designed in Catalunya', sino también 'made in Catalunya'", defiende, y apunta que una parte de los productos se fabrican aquí. 

En un momento clave para los canales online por los cambios de los algoritmos y el peso de la Inteligencia Artificial en Google, Lola Casademunt hace una apuesta por la inversión tecnológica con productos como el probador virtual y un CRM al que han dedicado esfuerzos. Sánchez no detalla la cifra que destinarán, pero destaca que "al cliente se le tiene que poner fácil, no le interesa saber si estás en web propia o en marketplace y por eso tienes que ser omnicanal, ayudar durante la compra y al devolver el producto si es que lo quiere hacer".