La familia Puig siempre ha mantenido una privilegiada relación con la Casa Real. Este miércoles, los reyes Felipe y Letizia inauguraron la Torre Puig 2, situada al lado de la sede central (Torre Puig 1) de la plaza Europa de L'Hospitalet, donde se ubica el nuevo hub de operaciones y el centro de innovación de este gigante de la perfumería. Y hace cinco años, el 25 de febrero de 2019, los reyes también viajaron a Barcelona para inaugurar el Mobile, en un clima de alta tensión con la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona por la represión del independentismo, y para homenajear a Mariano Puig Planas, ya fallecido, que fue presidente de la compañía, en un ambiente de confraternización con la monarquía. Cuando los reyes se encuentran con los Puig, siempre hay buena sintonía.

Aquel 25 de febrero de hace cinco años se hizo evidente esta especial conexión entre los Puig y la Casa Real. El rey Felipe entregó a Mariano Puig Planas el Premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial que conceden el Cercle d'Economia, el Círculo de Empresarios de Madrid y el Círculo de Empresarios Vascos. En su discurso, quien fue el hombre fuerte de Puig durante seis décadas se declaró "muy catalán" y "muy español", y calificó "de éxito" los reinados de Juan Carlos I y Felipe VI.

Esta relación empezó en la década de los ochenta con Juan Carlos I y Enric Puig Planas (1939-2008), otro de los hijos del fundador y hermano del anterior, que presidió el Salón Náutico y el Real Club Náutico de Barcelona. Ambos compartían la pasión por la vela. Enric promovió la Copa del Rey de Vela en Mallorca y el grupo Puig fue durante dos décadas el patrocinador principal. La infanta Cristina y su prima Alexia de Grecia incluso compitieron en regatas a bordo del Azur de Puig.

Y dando un salto en el tiempo, el actual presidente, Marc Puig Guasch (hijo de Mariano y sobrino de Enric), ha mantenido esta proximidad con la Casa Real, ahora con Felipe y Letizia. Precisamente, la cronista de la realeza Maria Ángeles Alcázar escribía en La Vanguardia este jueves que "Carolina Herrera, Nina Ricci, Dries van Noten y Rabanne son firmas [del grupo Puig] que tienen en común habitar en este espacio sin fondo que es el armario de Letizia". Pues, los vestidos, complementos y perfumes de las marcas de Puig están entre los preferidos de la reina, que exhibe en actos públicos.

A punto para saltar al parqué

Cuándo se inauguró la Torre Puig 2 este miércoles, la atención estaba centrada en los planes de salida a bolsa, avanzados por Expansión, pero de eso no se dijo nada en el acto. A pesar de las filtraciones, la familia propietaria no se pronuncia. Está previsto que se estrenen en el parqué antes del verano, 110 años después de la fundación de la compañía, cuando la empresa está totalmente en manos de la tercera generación de la estirpe fundadora.

Precisamente, el 6 de enero pasado falleció Josep Maria Puig Planas, a la edad de 92 años, el último representante de la segunda generación. Su padre, Antoni Puig Castelló (Vilassar de Mar, 1889 – Barcelona, 1979) fundó la empresa en 1914. Desde sus orígenes se orientó hacia la cosmética y la perfumería. Casado con Júlia Planas, tuvo cuatro hijos que se hicieron cargo del negocio familiar en la década de los cincuenta: Antoni (1924-2018), Mariano (1927-2021), Josep Maria (1931-2024) y Enric (1939-2008). Los dos mayores se encargaron de la perfumería, Josep Maria llevó las otras áreas de negocio y la distribución mientras que Enric se centró en las relaciones institucionales.

Los 14 primos

En la actualidad, la propiedad está repartida entre los 14 primos Puig, todos miembros de la tercera generación: Manuel Puig Rocha (único hijo de Antoni Puig Planas y de Marisol Rocha); los cinco hermanos Puig Guasch (hijos de Mariano y Maria Guasch); los cuatro hermanos Puig Alsina (hijos de Josep Maria y Rosa Alsina) y los otros cuatro hermanos Puig Alsina (hijos de Enric y Eulàlia Alsina). Cada una de las cuatro ramas familiares posee a un 25% de la compañía. Eso hace que Manuel Puig Rocha, actual vicepresidente, controle un 25% al ser hijo único mientras que el presidente, Marc Puig Guasch, deba que repartirse este mismo porcentaje con los otros cuatro hermanos de su rama.

Cinco miembros de esta tercera generación forman parte del consejo de administración: Marc Puig Guasch (presidente), Manuel Puig Rocha (vicepresidente), Marian Puig Guasch, Xavier Puig Alsina (hijo de Josep Maria) y Jordi Puig Alsina (hijo de Enric). Todas las ramas familiares cuentan como mínimo con un miembro, pero, además, también forma parte Josep Oliu (presidente de Banco Sabadell) en representación de Exea Empresarial, que es una de los patrimoniales de la familia Puig. En septiembre pasado ampliaron el consejo con más independientes, hasta alcanzar los ocho actuales.

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El rey Felipe VI con Mariano Puig en el acto del 25 de febrero de 2019 / Casa Real

En los tres últimos años han efectuado una reorganización societaria para prepararse para la salida a bolsa. La creación el año pasado de la sociedad anónima Puig Brands SA –heredera de Puig SL- como nueva matriz del grupo va en este sentido. Respecto a la estructura accionarial, sigue resultando compleja porque está formada por varias sociedades patrimoniales en cada una de las cuales están las cuatro ramas familiares. Y, además, cada rama familiar está representada en las anteriores por sus respectivas sociedades de cartera. La primera accionista es Coporación Exea Empresarial, con cerca del 89%, si bien esta divide la participación en otras dos: Exea Ventures (48%) –repatriada hace cuatro años desde los Países Bajos– y Exea Empresarial (41%). Al fin y al cabo, como precisa un antiguo ejecutivo, todo se resume en que cada rama controla una cuarta parte.

La cuarta generación queda apartada

La tercera generación familiar (los 14 primos), actuales propietarios de Puig, acordó apartar la cuarta generación (sus hijos) de la dirección de la compañía para facilitar su buen gobierno. Así lo establece el protocolo familiar. No aparece ningún miembro de esta cuarta generación en el organigrama y estos se han buscado la vida fuera.

La más conocida de esta cuarta generación es Julia Puig Cabanés, de 36 años, esposa de Felipe Morenés Botín, el primogénito de Ana Botín, que aparece como el mejor posicionado para suceder a su madre en la presidencia de Banco Santander. Julia (que lleva el nombre de su abuela paterna) es hija de Marian Puig Guasch, presidente de Isdin y miembro del consejo de administración de Puig Brands.

En este matrimonio se juntan dos grandes dinastías empresariales: los banqueros Botín con los perfumeros Puig. Julia es madre de dos hijos. Se casó con Felipe Morenés en 2016 en Puente de San Miguel, la finca familiar de los Botín en Cantabria, donde está enterrado Emilio Botín, que fue presidente del banco hasta su fallecimiento en 2014. Julia es la fundadora de LifeRoom, plataforma dedicada al aprendizaje de los menores y, con anterioridad, dirigió la delegación barcelonesa de Opportunity Network, una start-up norteamericana.

Otra directiva con futuro es Inés Puig Grifoll, hija de Manuel Puig Rocha (vicepresidente de Puig). Se ha formado en negocios internacionales y arte en la universidad de Georgetown, en Sotheby's Institute of Art de Nueva York y en otros prestigiosos centros académicos. En la actualidad tiene responsabilidades en el área de marketing de Good News, la cadena de cafeterías que lidera Jan Barthe Cuatrecasas y en la que participan jóvenes de familias de la alta sociedad barcelonesa. Antes trabajó para Myalma (productos de higiene femenina de algodón orgánico), la agencia de subastas Christie's (desde Londres, 2018-2020) y Jean Paul Gaultier (desde París, 2016-2017), que es una de las marcas de la cartera de Puig.

De los mecheros a los lápices de colores

Además de la larga lista de marcas de perfumería, moda y complementos, la familia Puig también es propietaria de Flamasats, que reúne Flamagas (fabricante de mecheros) y Masats (productor de los lápices de colores Alpino, de las ceras de dibujo Dacs y Manley, y distribuidor de equipos de audio Daewoo). 

Respecto a las inversiones en bolsa, la familia Puig es la tercera accionista de Colonial, con un 7,4% del capital, y Manuel Puig Rocha controla a título particular un 7% de Fluidra. Este último forma parte del consejo de estas dos sociedades. Además, las familias Puig y Esteve son propietarias, a partes iguales, de los laboratorios de productos dermatológicos y fotoprotectores Isdin. Precisamente, tanto el grupo de perfumería Puig como Isdin son patrocinadores de la Copa América de vela, que se disputará en Barcelona este otoño.