Ercros ha dado a conocer unos resultados que evidencian la profundidad de la crisis que atraviesa el sector. Las cifras presentadas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) son contundentes: entre enero y septiembre de este año, la compañía ha acumulado pérdidas de 41 millones de euros. Esta cifra negativa multiplica por cinco el balance del mismo periodo del año pasado.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) se derrumbó un 89,6%, quedando reducido a la mínima expresión con 2,4 millones de euros. Para ofrecer una visión más estable de su actividad corriente, la empresa también facilita el Ebitda ajustado, que, aun así, también experimenta un susto del 83,3%, situándose en 3,76 millones de euros. Estos porcentajes reflejan una presión insostenible sobre los márgenes de beneficio.
La facturación, aunque con un retroceso menos pronunciado, también va por la vía negativa. Los ingresos de Ercros ascendieron a 508,5 millones de euros, lo que supone un 4,7% menos que en los nueve primeros meses de 2024. La causa radica fundamentalmente en un descenso en la cantidad de producto vendido. La compañía comercializó 710.000 toneladas de productos, 38.000 toneladas menos (un 5% de descenso) que las 748.000 toneladas del periodo anterior.
Dentro de estos ingresos, las ventas de productos acabados, el núcleo del negocio, retrocedieron un 4,5%, hasta los 474,8 millones de euros. Esta caída en el volumen es un síntoma claro de la debilidad de la demanda. En su comunicado, Ercros no se limita a presentar las cifras, sino que ofrece un diagnóstico claro y coincidente con los grandes grupos químicos del continente. Señala tres puntos en contra principales que explican estos resultados:
- Demanda débil: La economía europea no acaba de remontar el vuelo, y sectores clave como la automoción o la construcción, grandes consumidores de productos químicos, no dan señales de recuperación sólida.
- Costes energéticos elevados: La industria química es intensiva en consumo energético. Los precios de la electricidad y el gas en Europa, aunque hayan moderado sus picos máximos, siguen siendo significativamente más altos que los de sus competidores globales, minando su competitividad.
- Competencia extracomunitaria intensa: Empresas de otras regiones, con costes energéticos y de materias primas más bajos, presionan con precios más agresivos, captando mercado.
- La guerra arancelaria de Estados Unidos: Ercros señala específicamente que las tensiones comerciales iniciadas por Estados Unidos "tampoco están contribuyendo a la recuperación de la actividad económica en Europa". Este conflicto crea incertidumbre y distorsiona los flujos comerciales globales.
El contexto estratégico de la opa
Estos resultados se enmarcan en un momento de cambio estratégico para la empresa. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) dio luz verde el pasado 30 de octubre a la opa que la compañía portuguesa Bondalti lanzó sobre Ercros. Esta operación, sujeta al cumplimiento de ciertos compromisos y que aún debe recibir el visto bueno definitivo del Ministerio de Economía y, en su caso, del Consejo de Ministros, podría marcar un nuevo rumbo para la compañía en un contexto tan adverso. Pese a la difícil situación actual, Ercros mira al futuro con un atisbo de optimismo condicional.
La compañía señala que "el consenso de las publicaciones especializadas prevé la recuperación de la demanda de la industria química europea a lo largo de la segunda mitad de 2026". No obstante, condiciona esta mejora a dos factores clave: una "razonable resolución de la actual crisis arancelaria" y la efectiva "puesta en práctica del Plan de ayuda a la industria química europea".
A la espera de esta recuperación cíclica, Ercros ha afirmado que continuará ejecutando su propio plan de ruta. Esta estrategia se basa en tres pilares fundamentales para su transformación y futuro crecimiento:
- Digitalización de sus operaciones para mejorar la eficiencia.
- Descarbonización de sus actividades para adaptarse a las exigencias de la transición ecológica.
- Diversificación y aumento de su dosier de productos para buscar nuevas fuentes de ingresos y reducir la dependencia de mercados saturados.
En conclusión, los resultados de Ercros son un reflejo fiel de las grandes dificultades que enfrenta la industria pesada europea. Atrapada entre una demanda interna débil y una competencia global desleal, la compañía navega por aguas turbulentas, con la esperanza puesta en una recuperación en 2026 y en su propia capacidad de transformación, mientras en el horizonte se acerca un cambio de propietario que podría reconfigurar su destino.