Carlos Torres no dejará la presidencia del BBVA pese al resultado de la opa hostil al Sabadell, que ha tenido un 25% de aceptación frente a más del 50% que esperaba el banco, lo que le ha impedido continuar con la operación. "No me planteo dimitir porque mi continuidad al frente del banco no dependía para nada del resultado de este proceso", aseguraba el banquero salmantino este viernes en una rueda de prensa donde ha hecho balance del resultado obtenido.

El número uno del BBVA cree que su trabajo y el del consejo de administración es intentar luchar por las cosas en las que creen, que en este caso era la operación con el BBVA, aunque haya fracasado. "El consejo, en pleno, y de forma unánime, ha aceptado todas las decisiones desde el principio del proceso, incluida la de presentar la oferta y todas las decisiones posteriores", explicaba.

Torres comentaba también que su labor como presidente y también la de Onur Genç como consejero delegado, "es intentar aquellas cosas que tienen sentido" y es lo han hecho durante el último año y medio, "porque creemos que la operación hubiera sido fantástica, por eso repito que es una oportunidad perdida para todos".

Y en este sentido, Torres aclaraba que aunque la operación "no ha podido ser, no creo en absoluto que sea una razón para dimitir, creo que como se nos tiene que juzgar a este equipo directivo, a Onur y a mí, es con los resultados y el desempeño para nuestros accionistas". Al respecto, destacaba que el banco está "en su mejor momento" y los datos de la evolución en bolsa se han multiplicado por cinco desde que el presidente y el CEO están a los mandos del banco.

Con todo, Carlos Torres afirmaba que se siente "plenamente respaldado por el consejo y respaldado por la junta de accionista también". Y bromeaba con el consejero delegado al preguntarle, ¿tú vas a dimitir? A lo que Onur Genç respondía también con un "no".

El BBVA hace balance del resultado

Por otra parte, el presidente del BBVA ha hecho un balance de la operación. Reconoce que el resultado obtenido "no es el que nosotros deseábamos ni estimábamos". Cree que parte de la culpa del fracaso ha estado en el proceso de autorizaciones, que ha sido "más largo de lo previsto" porque ha habido decisiones que el banco no tenía en mente, como la de CNMC, que llevó la operación a fase dos.

"No había ocurrido nunca en nuestro sector y supuso un retraso importante. Y el retraso es incertidumbre y la incertidumbre no es buena". Ahora, agregaba el ejecutivo, el banco tendrá "tiempo para pensar en aprendizajes" aunque defienden que en cada momento han hecho "lo que considerábamos correcto". 

"Hemos actuado en base a la información que teníamos en cada momento. Si tengo que contestar hoy actuaríamos igual, la intención ha sido siempre la misma. La de hacer una operación con sentido financiero. La operación es buena para Catalunya, España, Europa y creo que actuaríamos igual". ha concluido.