El número de cajeros se reduce de nuevo, entre enero y septiembre se han perdido otros 2.351. La banca ha bajado la persiana a miles de sucursales en el último año en un contexto marcado por el avance de la digitalización, las fusiones y los ahorros de costes, lo que hace que también se reduzca el número de máquinas que tienen instaladas las entidades en sus fachadas y en el interior. Pero las retiradas de efectivo no bajan, de hecho, están en auge, tal y como pone de relieve el Banco de España (BdE) en un informe publicado este miércoles.

Las estadísticas del BdE destacan que a cierre del tercer trimestre había instalados 45.288 cajeros en España, esto supone que se han reducido en un 8,5% desde que arrancó el año y en más de un 10% desde el inicio de la pandemia en 2020. El parque de cajeros alcanzó su máximo en 2008 (61.714) y desde entonces se han eliminado 16.200 en el país, casi un 30% del total. En el mismo tiempo se ha llevado a cabo en el país un importante proceso de consolidación bancaria mediante fusiones y adquisiciones (más de una veintena) que ha reducido el número de entidades y con ello, el de oficinas y cajeros. De hecho, distintos informes apuntan a que -desde 2008, cuando estalló la crisis financiera y hasta ahora- los bancos han cerrado la mitad de sus oficinas, unas 26.000.

Esto ha ocurrido recientemente con Caixabank y Bankia o Unicaja y Liberbank, solo estas dos fusiones han hecho desaparecer unas 2.000 oficinas en España en apenas un año. Aunque también Sabadell, BBVA, Abanca o Ibercaja han cerrado oficinas y cajeros para reducir costes. La banca justifica que parte de estos cierres se deben al avance de la digitalización, al menor uso de las oficinas y cajeros, y al auge de los pagos con tarjeta. Pero los datos del Banco de España muestran que, si bien es cierto que los pagos con tarjeta están creciendo, no han caído las operaciones en cajero y más concretamente las retiradas de efectivo. Tras el batacazo de 2020, muy condicionado por la pandemia y el miedo al contagio, en 2021 y 2022 está experimentando su mayor subida.

Los españoles redujeron en un 31% las retiradas de efectivo en cajero durante 2020, en un momento donde las propias instituciones impulsaron el pago con tarjeta por el miedo al contagio. Cuando se declaró el estado de alarma y la información sobre el Covid-19 era prácticamente nula, se recomendó evitar el uso del dinero en metálico por si fuera una fuente de transmisión del virus. De hecho, la banca subió ese año el límite de pago 'contactless' desde los 20 hasta los 50 euros. Es decir, que dejaron de pedir el número pin cuando se pagaba con tarjeta y la cantidad era pequeña para que los ciudadanos se animaran a pagar de esta manera. Y esta cantidad no se ha modificado desde entonces.

Así, los pagos con TPV (terminales de punto de venta, también conocidos como datáfonos) subieron casi un 30% el año pasado y otro 23% este ejercicio (con datos hasta septiembre). Al igual que el importe que se movió con estas operaciones, que en 2021 alcanzó un máximo histórico (más de 195.000 millones de euros) y este año va camino de superarlo con unos 170.000 millones hasta septiembre. Pero no por ello han disminuido las operaciones en cajero.

En 2020 cayó un 31% como se ha mencionado antes, pero en 2021 tuvo su mayor subida desde que hay registros, que empezaron el año 2002. En concreto subió un 4,5% y este año se eleva en otro 3,8% con datos hasta septiembre. También sube el importe que se retira en el cajero. Según los datos del BdE se retiraron un total de 125.000 millones en 2019, el último año antes de la pandemia. En 2020 bajó hasta los 102.000 millones, pero en 2021 ya subió un 8,7% y hasta septiembre de 2022 otro 7,4%, acercándose a las cifras de hace tres años.

El número de tarjetas se duplica

Las tarjetas se han convertido en un objeto indispensable para hacer pagos en comercios, pero también para poder retirar dinero en efectivo en los cajeros, como también pone de manifiesto este informe, donde se observa que el número de tarjetas en circulación ha alcanzado su máximo histórico en 22 años al elevarse ya a los 88 millones de tarjetas emitidas en España. Una cifra que prácticamente dobla a la que había en el año 2000, el primero donde se muestran registros.

Esto supone que actualmente existen 1,87 tarjetas por habitante, aunque la preferencia por las de crédito y débito ha cambiado. Las tarjetas de crédito han ido perdiendo interés en los últimos años, tras alcanzarse un récord de 52 millones en 2017 la cifra ha bajado hasta los 41 millones este año. Pero con las tarjetas de débito ha ocurrido lo contrario, han ido creciendo de manera sostenida durante los últimos ocho años hasta alcanzar actualmente los 47 millones.