Pese a la neutralización de los precios de la energía, España, como el resto de las naciones del Viejo Continente, sigue sumida en una espiral guiada por la crisis energética, la cual surgió tras el inicio de la guerra en Ucrania. El alza de los costes energéticos aún sigue reflejándose en las facturas de los hogares y empresas españoles tras más de 11 meses de guerra en el este de Europa. Aunque poco a poco el precio de la electricidad y del gas ha ido desinflándose, los expertos se hacen cuentas de que estos se mantendrán en niveles superiores a los que marcaban al inicio de la crisis energética durante dos o tres ejercicios.

Debido a los elevados precios de la electricidad, varias empresas se hacen cuentas de sí podrán llegar a fin de mes. Muchas de ellas han visto como los márgenes de beneficios se han estrechado poco a poco. Y otras tantas han tenido que recurrir a los despidos para tratar el balance monetario en positivo. Así, según una encuesta realizada por la Cámara de Comercio de España, el 85,5% de las empresas españolas señalan que la subida de precios de la energía les ha supuesto un impacto negativo. En la misma encuesta se refleja que 6 de cada 10 compañías se han visto “bastante perjudicadas” por el alza de precios.

Las empresas de mayor dimensión, las más damnificadas

La situación en cuanto a los precios energéticos se ha salido de los márgenes que, hace tan solo un año, parecían imposibles de rebosar. La Cámara de Comercio del país ha realizado una encuesta en la que participan cerca de 2.500 empresas nacionales, y corresponde al mes de octubre. Precisamente en dicho mes, los precios estaban en plena desescalada, aunque en unos niveles excelsos. En la encuesta, cerca del 91% de las empresas del sector industrial alega haber sufrido perjuicio por la evolución de los precios de la energía.

Por tamaño empresarial, son las de mayor dimensión las más impactadas. Así, el 83,9% de las empresas de 1 a 9 empleados se declara perjudicada por la subida de la energía, frente al 86,2% de empresas de 10 a 49 empleados, el 87,6% de compañías de entre 50 a 249 empleados, y el 89,7% de grandes compañías de 250 y más empleados. Entre estas últimas, el 48,4%, afirman haberles perjudicado “mucho”.

El hecho de que los precios energéticos hayan calado de tal forma sobre las empresas, independientemente del tamaño de estas, ha hecho que muchas compañías reflejen el alza de los costes energéticos sobre el precio final de los productos. Las firmas pequeñas (entre 1 y 9 empleados) han reducido beneficios (50,2%). El resto de las compañías se han decantado por traspasar las subidas de los precios de la energía sobre el valor de los productos. Por ejemplo, cerca del 60% de las empresas que tienen más de 250 empleados, afirman haber elevado el precio del producto entregado al cliente.

Podrían darse nuevos despidos

Una de las mayores problemáticas que ha generado, y que sigue generado, los elevados precios de la energía son los despidos. El 24% de las cerca de 2.500 empresas encuestas por la Cámara de Comercio afirma que, de seguir los precios a niveles elevados, tendrán que llevar a cabo ajustes en sus plantillas.

El efecto de los excesivos costes energéticos ha calado de lleno sobre las cuentas de las compañías, las cuales siguen haciendo cálculos para poder mantener el ritmo de sus negocios sin perder dinero. Los despidos es una de las consecuencias de los elevados costes energéticos. Pese a que no es una mayoría, un cuarto de las empresas encuestadas afirman que recurrirán a los recortes de plantilla si los precios de la energía siguen apretando sus negocios.

El 31% de las empresas se pasan al autoconsumo

Otro de los efectos que ha generado la crisis energética es que ha hecho que varias empresas contemplen nuevas vías más eficientes y que podrían rebajar el precio de la energía en un futuro. En este punto, más del 34% de las empresas encuestadas por la Cámara de Comercio se han decantado por mejorar la eficiencia energética. Por su parte, el 31% de las compañías encuestadas declaran haberse inclinado por el autoconsumo energético. Cada vez son más las empresas que instalan placas solares en sus establecimientos en búsqueda de una menor dependencia de los precios del mercado, y una rebaja de la factura.

El autoconsumo es una de las alternativas que más calado ha cogido sobre el sector industrial. De hecho, desde ON ECONOMIA se informó de que la instalación de placas fotovoltaicas creció un 108% en España en 2022 con respecto al anterior ejercicio, según datos de Unef. En los mismos se indica que el sector industrial es el que más apostó por esta alternativa energética en el recién finalizado ejercicio (32% de las instalaciones totales). Tras él, el sector vivienda es el que más acrecentó la instalación de placas fotovoltaicas durante el anterior curso, con un 30% de las instalaciones realizadas durante 2022.

La crisis energética ha obligado a las empresas buscar alternativas para hacer que sus negocios sigan rindiendo de la mejor manera posible. Despidos, elevar los precios finales de venta, o dar el salto a energías más eficientes son solo algunas de las consecuencias que viene generando la situación energética en España.