Las administraciones registraron 7.463 licitaciones que quedaron desiertas el año pasado, un 146% más que en el 2021, y supone la paralización de 5.303 millones de euros en toda España, un 559% más si se compara con los dos años anteriores. El importe medio se sitúa en los 710.000 euros. En Catalunya, son 260 las licitaciones desiertas en Catalunya durante el 2022 por valor de 139 millones de euros, según concluye un informe de la empresa tecnológica DoubleTrade. Este hecho se debe al desajuste económico en los presupuestos ofertados, que las empresas consideran insuficientes, ya que les impide recuperar la inversión a consecuencia del incremento de costes derivados de la crisis de suministros y del aumento del precio de la energía, de hasta el 84%.

La negativa de las compañías a optar a contratos públicos, principalmente de los sectores de la construcción y suministro de servicios, supone una "situación sin precedentes", según DoubleTrade. Al encarecimiento de la energía, se suma un aumento del 30% del precio de los materiales, que se suben hasta el 55% en el caso del aluminio y del acero, hasta un 46%; y una inflación que en diciembre se cerró en el 5,7% al Estado y del 5,2% en Catalunya. En cambio, este incremento de costes no se traslada a los contratos públicos y, por lo tanto, las adjudicaciones desiertas se multiplican y las obras quedan paradas.

La empresa que ha elaborado el estudio alerta de que este contexto "empaña un 2023 con altas expectativas de inversión pública al coincidir un año electoral con varias elecciones y los fondos Next Generation. Por comunidades, Andalucía lidera las licitaciones desiertas, con 1.260 casos, representando un volumen económico por valor de los 570 millones de euros, seguido del País Valenciano, con 870 obras valoradas en 192 millones y la Comunidad de Madrid, con 772 contratos por valor de 3.000 millones de euros. En cambio, Navarra solo tiene 24 concursos desiertos valorados en 3,1 millones de euros.