El sector porcino en Catalunya ha alcanzado los 7,9 millones de cabezas de ganado, un 15% más que hace diez años y casi el doble que hace tres décadas. Este crecimiento se ha producido paralelamente a una reducción del número de explotaciones, según datos de la Encuesta sobre la Estructura de las Explotaciones Agrícolas analizados por la Agencia Catalana de Noticias. El resultado es una concentración animal muy superior: la media de cerdos por explotación ha pasado de 374 en 1993 a 1.901 en 2023. Esta tendencia a la concentración es un proceso de larga duración. Según los censos agrarios, el país ha pasado de tener 2,6 millones de cerdos en más de 20.000 granjas en 1982, a 8,12 millones en 4.435 explotaciones en 2020. En la última década, mientras el número de animales crecía un 15%, las explotaciones disminuían más de un 5%, pasando de 5.566 a 5.267.

El cambio estructural viene marcado por el auge del modelo empresarial en régimen de integración, que ha pasado de 4.072 a 4.365 explotaciones en diez años, en detrimento de los productores independientes, que han caído de 1.456 a 902. Vicens Enrique-Tarancón, coordinador del Grupo de Saneamiento Porcino de Lleida, lo atribuye a la necesidad de rentabilidad: para hacer frente a los costes laborales y a la inversión en tecnificación, las granjas deben crecer. Pere Castell, profesor de Economía de la Universitat de Barcelona, señala que el crecimiento responde a las economías de escala, tanto internas (automatización) como externas (la concentración geográfica de toda la cadena de producción, o clusterización). Esto ha derivado en "un incremento de la dimensión media de las granjas, que ahora están produciendo mucho más a unos costes más bajos".

Oligopolio y distribución territorial

El tejido empresarial está formado por unas 200 empresas integradoras, que gestionan el 81% de las explotaciones. La concentración es elevada: solo ocho grupos controlan el 30% de todas las explotaciones catalanas, más de 1.600, con capacidad para más de 3,3 millones de cerdos. La principal empresa es Vall Companys, de Lleida, con 361 explotaciones. No obstante, desde el sector se remarca que muchas de estas compañías son "familias que han ido creciendo" y que el 19% de las granjas todavía son independientes. Geográficamente, el sector se concentra en la Catalunya Central y en Ponent. Tres comarcas acaparan el 38% de las explotaciones: el Segrià (767), la Noguera (684) y Osona (600). Almenar (Segrià), con 110 granjas, es el municipio con mayor concentración. Solo Aran, el Garraf y el Barcelonès no tienen explotaciones porcinas.

Ante la crisis de la Peste Porcina Africana (PPA), desde el Grupo Saneamiento Porcino defienden que el modelo concentrado no incrementa el riesgo. Enrique-Tarancón argumenta que las grandes granjas pueden hacer "más inversiones" en bioseguridad y que concentrar animales reduce los puntos de entrada potenciales de la enfermedad, a pesar de asumir que una eventual infección afectaría a más cabezas. El profesor Pere Castell, sin embargo, advierte que la posible llegada del virus a zonas productoras clave como Osona podría minimizar gravemente la capacidad exportadora. Además, subraya que la competitividad que da la concentración tiene unos costes medioambientales que se deben "poner en la balanza". El sector, con una dependencia absoluta de las exportaciones, se enfrenta así al reto de conciliar rentabilidad, salud pública y sostenibilidad.