Este miércoles 1 de octubre ha entrado en vigor la revisión trimestral de la Tarifa de Último Recurso (TUR) de gas natural, que supondrá un incremento medio del 13,2% para los consumidores domésticos individuales y entre un 12% y un 20,1% para las comunidades de vecinos.
Este movimiento, publicado ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE), no es casual ni excepcional, sino que responde a la lógica estacional del mercado energético: la llegada de los meses fríos y la incorporación del denominado "gas estacional" a la fórmula de cálculo. La clave de la revalorización se encuentra en la composición del coste de la materia prima. La TUR se calcula teniendo en cuenta dos componentes principales:
-El gas de base: Es el coste de referencia del gas en el mercado mayorista. En esta revisión, este componente se ha reducido un 6,5%, situándose en 20,5 euros/MWh. Esta bajada es un reflejo directo de la evolución positiva de los mercados internacionales: una caída del 4,8% en la cotización del barril de Brent y una apreciación del euro respecto al dólar del 3,2%, ya que el gas se comercia en dólares.
-El gas estacional: Es una prima que se incorpora a la tarifa durante el trimestre de invierno (octubre-diciembre) para reflejar la demanda mayor y los costes asociados al almacenamiento y la logística en los meses más fríos. Es un fenómeno cíclico que se repite año tras año. En esta ocasión, el gas estacional se fija en 33,2 euros/MWh, un 8,6% más bajo que en la tarifa invernal del año pasado.
La paradoja es que, aunque ambos componentes son más bajos que los del invierno pasado, la simple incorporación del coste estacional, que es intrínsecamente más caro, provoca un efecto de choque en la factura. La mezcla de estos dos elementos ocasiona una subida global del coste de la materia prima del 24,9% respecto a la revisión de julio. No todos los consumidores notarán la subida de la misma manera. El impacto concreto en la factura anual, ya incluidos los impuestos, varía según el tipo de TUR contratada, que depende del uso y el consumo:
-TUR 1 (para cocina y agua caliente sanitaria): Incremento del 12%. Es el impacto más suave, ya que el consumo no está tan ligado a la estacionalidad.
-TUR 2 (añade calefacción): Incremento del 13,1%. Esta es la tarifa más común en muchos hogares y donde la subida se notará más, precisamente cuando comience a usar la calefacción.
-TUR 3 (para pequeñas y medianas empresas): Sube del 13,8%.
Un capítulo especial merece la TUR vecinal, una tarifa creada específicamente para comunidades de propietarios y que ahora ve cómo sus términos variables se disparan con subidas particularmente severas. Desde la TUR 4 hasta la TUR 11, los incrementos oscilan entre el 12% y el 20,1%, siendo las tarifas de mayor consumo (TUR 11) las que sufren la revalorización más grande (20,1%). Estas tarifas, que fueron estabuladas por el Real Decreto-ley 18/2022 y su aplicación se amplió de manera indefinida el pasado junio, afectan a los sistemas de calefacción centralizada de bloques de viviendas, lo cual puede suponer un desembolso extra significativo para las comunidades en pleno inicio de la temporada de frío.
A pesar de la noticia negativa, es importante situar esta subida en un contexto más amplio. El incremento, aunque importante, es inferior a los choques vividos los inviernos de 2022 y 2023, cuando la crisis energética pospandemia y la guerra en Ucrania desestabilizaron completamente el mercado. La relativa bajada del gas estacional respecto al año anterior es un síntoma de una cierta normalización, aunque los precios siguen en niveles históricamente altos. La TUR sigue siendo una herramienta de protección para los consumidores vulnerables y pequeños usuarios, ya que su precio es regulado por el gobierno español y se actualiza trimestralmente, evitando exponerlos directamente a la extrema volatilidad del mercado.
Sin embargo, esta revisión trimestral recuerda la fuerte dependencia energética del exterior y cómo los hogares españoles continúan siendo sensibles a los ritmos de los inviernos europeos y a los movimientos geopolíticos que afectan el precio de los hidrocarburos. En definitiva, la llegada de la factura del gas este invierno traerá una carga adicional para las economías familiares y de las comunidades de vecinos, un recordatorio anual de la vulnerabilidad frente a los ciclos energéticos globales.