El sistema de pensiones de España cubre a menos población que en otros países europeos, pero la cuantia de las prestaciones en relación con el salario medio es comparativamente más elevada; és decir, la proporción entre pensión sueldo y pensión es más alta. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio del Banco de España.
El artículo "El gasto en pensiones en España en comparativa europea" se ha elaborado con datos de 2019 y sin tener en cuenta ni la reforma de pensiones de 2021 ni las disposiciones adicionales contempladas en el plan de recuperación ni la evolución demográfica y económica prevista para las próximas décadas. "Por ello, la lectura de los resultados —ceñidos al año 2019— exige una notable cautela a la hora de extrapolarlos a la situación actual y a los próximos años", advierte el Banco de España.
Según el análisis, en 2019 España presentó respecto a la Unión Europea (UE) un menor envejecimiento de la población y una menor cobertura del sistema de pensiones, pero al mismo tiempo exhibió una tasa de empleo más baja y una mayor cuantía de las prestaciones en relación con el salario medio.
Con unas proyecciones demográficas que indican que el gasto en pensiones aumentará notablemente en España, la entidad calcula que algo más del 40 % de ese aumento podría ser compensado si la tasa de empleo se elevara hasta alcanzar el nivel registrado en Alemania.
Para la patronal aseguradora, Unespa, que vive en gran parte gracias a las pensiones privadas, recordó ayer que el gran reto del sector es el impacto de la demografia en las pensiones. Pero lo cierto es que no parece que los planes de pensiones individuales sean una gran solución en estos momentos. Por lo menos en cuanto a su rentabilidad. Tal y como apuntan los datos de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de pensiones (Inverco), los planes de pensiones del sistema individual se depreciaron en el anterior ejercicio un 10,1%.
Al hilo del mal año experimentado por los planes de pensiones, las aportaciones netas (aportaciones menos prestaciones) a los planes de sistema individual se situaron en negativo a cierre del ejercicio, en -667 millones de euros, después de que las aportaciones se situaran en 1.709 millones de euros y las prestaciones en 2.376 millones de euros.
En 2019 el gasto en pensiones en España fue similar al promedio ponderado por el PIB de la Unión Europea (UE), aunque con una gran heterogeneidad por países.
Como ejemplo, señala que el tamaño del sistema de pensiones español, en relación con el nivel de la actividad económica, estaría por debajo del de seis países de la UE (Grecia, Italia, Portugal, Francia, Austria y Finlandia), mientras que sería similar o superior al del resto de los países europeos.
Apunta asimismo que los países con el gasto más alto (Grecia e Italia) destacan por la cuantía de las prestaciones en relación con el salario medio, mientras que Francia sobresale por la elevada tasa de cobertura de su sistema de pensiones.