El Gobierno ha hecho efectivo el compromiso adquirido hace un año con los colectivos de bomberos forestales. La portavoz del Ejecutivo de Pedro Sánchez, Pilar Alegría, confirmó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros la aprobación definitiva de los coeficientes reductores que permitirán a estos profesionales jubilarse de manera anticipada, equiparando sus condiciones a las del resto de bomberos de las administraciones públicas.
La medida, que fue detallada por la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, surge como desarrollo de la Ley Básica de Bomberos Forestales, aprobada en noviembre de 2024. Dicha ley establecía en su disposición adicional cuarta la obligación de reconocer, en un plazo máximo de un año, la peligrosidad de su labor para el acceso a la jubilación.
Durante su intervención, la ministra Saiz subrayó que esta mejora en la protección social "es siempre como consecuencia de la naturaleza penosa, tóxica, peligrosa e insalubre del trabajo realizado" por los bomberos forestales. Con esta decisión, el Gobierno sella la equiparación con el régimen que ya disfrutaban los bomberos de otras administraciones desde 2008, saldando una deuda histórica con un colectivo que se enfrenta a condiciones extremas en la primera línea de la lucha contra el fuego.
En la práctica, el mecanismo aplicado establece un coeficiente reductor del 0,20. Esto significa que por cada año cotizado en estas labores de alto riesgo, se les aplicará una reducción equivalente al 20% de ese tiempo sobre la edad legal de jubilación. Para beneficiarse de este derecho, los trabajadores deberán acreditar un mínimo de 15 años de cotización en esta actividad. Como ilustró la ministra Saiz con un ejemplo: "El profesional que acredite ese periodo mínimo de cotización va a ver reducida su edad de acceso a la jubilación en tres años, el resultado de aplicar esos 15 años con el coeficiente reductor del 0,20".
La normativa establece un límite máximo: la edad de jubilación no podrá ser inferior a los 60 años, o a los 59 en el caso de aquellos que acrediten haber cotizado al menos 35 años a lo largo de su vida laboral. Uno de los aspectos más destacados de la nueva regulación es su sistema de aplicación. Según explicó Saiz, los bomberos forestales no tendrán que realizar ninguna solicitud expresa para activar el coeficiente. Será el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) el que, de oficio y de forma automática, calcule la reducción correspondiente en el momento en que el trabajador se interese por solicitar su pensión de jubilación.
El organismo comprobará entonces si el solicitante reúne todos los requisitos exigidos y, en caso afirmativo, aplicará directamente la nueva protección, simplificando así al máximo los trámites burocráticos para los profesionales. Con este paso, el Gobierno cumple con una reivindicación largamente demandada por el sector, que ve así reconocido y protegido legalmente el enorme desgaste físico y mental que conlleva una profesión vital para la protección del medio ambiente y la seguridad de los ciudadanos.
A diferencia de otros cuerpos de emergencia, la plantilla de bomberos forestales no es fija. Se trata de una arquitectura de defensa que crece y se adapta al riesgo. Su columna vertebral la forman entre 5.000 y 6.000 profesionales permanentes, bomberos que trabajan todo el año en labores de prevención, vigilancia y extinción. Sin embargo, es con la campaña de verano cuando este número se multiplica.