Miquel Àngel Ribes, alcalde de Ascó y máximo representante de los municipios con centrales nucleares en España, ha manifestado **una profunda decepción** después de que el Congreso de los Diputados rechazara prorrogar la vida útil de las centrales de Ascó I, Cofrentes y Almaraz. Ribes, que además ostenta la vicepresidencia de la Asociación de Municipios en Áreas de Centrales Nucleares (AMAC) y la presidencia de la Coordinadora de Municipios Nucleares (COMUN), ha asegurado que con esta decisión "se pierde una oportunidad muy importante" para el futuro energético del país. No obstante, se muestra contundente al señalar que "aún no está todo dicho" y ha avanzado que el colectivo que representa continuará presionando para que las formaciones políticas asuman los "compromisos necesarios" tras lo que ha descrito como un profundo "desengaño"
La votación se ha llevado a cabo en el marco de la ley de movilidad sostenible, donde el Partido Popular introdujo una enmienda para extender la vida operativa de estas instalaciones. La abstención de los siete diputados de Junts, sumada al voto en contra de ERC, ha sido determinante para hundir la propuesta. Para Ribes, este posicionamiento representa una "falta de valentía" y una decisión que antepone "la ideología a la responsabilidad de la estrategia energética de todo un país".
El alcalde de Ascó ha ido más allá en su crítica, lamentando que desde el apagón general del pasado 28 de abril, un acontecimiento que puso de relieve la vulnerabilidad del sistema, "los partidos políticos no hayan tomado ninguna medida" de fondo para asegurar el suministro. Ribes está convencido de que el debate sobre la estrategia energética del Estado y, especialmente, de Catalunya, es un asunto ineludible que se debe afrontar con realismo. "Si realmente queremos alcanzar los compromisos de descarbonización para 2050, habrá que seguir apostando por la energía nuclear", ha sentenciado, situando esta fuente de energía como pieza clave en la transición ecológica.
El papel complementario de la energía nuclear
Desde su doble condición de vicepresidente de AMAC, Miquel Àngel Ribes ha reivindicado un modelo energético pragmático. Ha argumentado que "el reto energético del país" no pasa por una exclusión de las fuentes, sino por la complementariedad. Según su visión, es imprescindible mantener las plantas atómicas y hacerlas trabajar acompañadas de las energías renovables, asegurando así una electricidad estable, asequible y con cero emisiones durante el proceso de transición.
En respuesta a los argumentos sobre la seguridad, habituales en los detractores de la energía nuclear, Ribes ha defendido con rotundidad el registro del sector en España: "Son centrales nucleares seguras, todas las que hay en España, y pueden continuar operando todavía muchos años más". Esta afirmación busca tranquilizar a la población y contrarrestar los discursos que señalan el riesgo de alargar la vida útil de instalaciones que, en algunos casos, como Ascó I, llevan décadas en funcionamiento.
Más allá del debate energético, Ribes ha querido poner el acento en las consecuencias socioeconómicas inmediatas para los territorios afectados. Desde AMAC, sin rodeos, que el cierre de las centrales según el calendario actual "destrozará" las economías no solo de los municipios que las acogen, sino de todo su entorno. "Dependemos al 100% de la central nuclear. Todas las empresas de la zona viven indirectamente de ella, y este cierre es nefasto", ha denunciado, pintando un cuadro de futuro inquietante para las comarcas del Ebre y la Ribera.
El alcalde ha añadido una capa adicional de complejidad al problema: el calendario de cierre actual (2030 para Ascó I, 2032 para Ascó II y 2035 para Vandellòs II) limitará la disponibilidad y la efectividad de los Fondos de Transición Justa. Estos fondos, destinados a garantizar "la tan necesaria diversificación económica" del territorio, están diseñados para actuar antes del cierre definitivo. Un calendario ajustado, según Ribes, impide una transición ordenada y condensa los esfuerzos de reconversión en un período demasiado breve, aumentando el riesgo de despoblación y recesión local.
El lío con los partidos políticos
El malestar en el sector nuclear no se limita a los representantes municipales. El Partido Popular, impulsor de la enmienda, ha señalado directamente a Junts como responsable del fracaso de la propuesta. La diputada popular Elisa Vedrina, la única representante de Tarragona y el Ebro que ha votado a favor de la prórroga, ha acusado a Junts de continuar "salvando" al gobierno español a pesar del rompimiento anunciado. "No nos sorprende que los independentistas de Junts y ERC voten en contra del futuro de Tarragona y de Catalunya, ni tampoco que lo hagan el PSC y los Comuns. Con esta decisión ponen en peligro la capacidad energética de Catalunya y la competitividad de toda la provincia", advierte Vedrina, polarizando aún más el debate y situándolo en el terreno de la lucha política estatal.
En un tono más resignado, pero igualmente crítico, Ribes ha reconocido que decisiones como la de este jueves "impiden que ahora se puedan resolver las solicitudes de retrasar el cierre". Aun así, se ha mostrado obstinado a no tirar la toalla: "Todavía hay algún camino a seguir" y ha vaticinado que el gobierno de Pedro Sánchez "tendrá que afrontar" este debate más tarde o más temprano. Su última reflexión, sin embargo, ha trasladado una sensación de abandono: "Hace mucho tiempo que trabajamos, pero parece que a los municipios, al territorio, a la ciudadanía en general, no se nos escucha". Una queja que resume el malestar de un sector que se ve al límite de un abismo económico y energético.
