La publicación de la lista anual de las mayores fortunas españolas por parte de la revista Forbes confirma un año más la notable estabilidad de un poder económico asentado sobre pilares tradicionales, pero que no es ajeno a las dinámicas globales. En un contexto internacional marcado por la incertidumbre, el ranking revela una resistente continuidad en su cima, a la vez que registra movimientos significativos y la aparición de nuevas dinámicas inversoras entre los grandes capitales de España. En conjunto, el patrimonio de las grandes fortunas subió un 7% hasta los 258.870 millones de euros.

Al frente de la oligarquía económica, y con una distancia abismal respecto a su perseguidora más cercana, se mantiene un año más Amancio Ortega. El fundador del imperio Inditex, con una fortuna estimada en 109.900 millones de euros, consolida un dominio que dura desde 2014.

Su posición, aunque refleja una ligera contracción respecto a las cifras del año anterior, descansa sobre dos pilares indisolubles: el rendimiento sólido del gigante de la moda rápida y, de forma cada vez más relevante, su vasto imperio inmobiliario gestionado a través del holding Pontegadea. Esta herramienta, que el año pasado reportó ganancias que superan los 9.322 millones de euros, le ha permitido diversificar su patrimonio en activos logísticos e inmuebles de primer nivel en todo el mundo, convirtiendo los alquileres en un flujo constante de liquidez que inmuniza y alimenta su riqueza.

En segunda posición, y como representante de la segunda generación de esta saga, se encuentra Sandra Ortega Mera. La hija del empresario gallego y de su primera mujer, Rosalía Mera, ostenta un patrimonio de 10.000 millones de euros, heredado en su mayor parte. Su perfil difiere del de su padre, con un interés inversor centrado en el sector financiero, las biotecnologías y una fuerte vocación filantrópica, alejándose de la gestión operativa de las compañías del grupo textil.

La continuidad es también la tónica en los lugares inmediatamente inferiores. Rafael del Pino y Calvo-Sotelo, al frente de la constructora Ferrovial, se mantiene en una sólida tercera posición con 8.000 millones de euros. Su fortuna está estrechamente ligada a la estrategia de internacionalización de la compañía, recientemente simbolizada en la polémica mudanza de la sede social a los Países Bajos.

Más dinámico es el caso de Juan Roig, el propietario de Mercadona, que con 7.900 millones de euros experimenta uno de los crecimientos más notables del año. El impulso definitivo de lo que ya es el primer grupo de supermercados español, con una cuota de mercado cercana al 30%, le ha reportado un incremento de más de 2.000 millones en su patrimonio, reflejando el éxito rotundo de su modelo de negocio basado en la eficiencia y las marcas propias.

Entre las principales alteraciones de la lista destaca el ascenso poderoso de Juan Carlos Escotet, presidente de Abanca, que escala hasta la quinta posición con un patrimonio de 6.200 millones de euros. El banquero no solo ha visto cómo su patrimonio se incrementaba, sino que lo ha hecho mientras diversificaba sus inversiones más allá del sector financiero. A través de su nueva sociedad, Kopke Group by Escotet Family Estates, ha agrupado un impresionante portafolio de viñedos y marcas históricas de vino de Oporto, como Cálem, Barros o Burmester, transformando activos inmobiliarios en un negocio de lujo con un profundo arraigo territorial.

Otra de las grandes revelaciones de esta edición es Tomás Olivo, el empresario murciano propietario de General de Galerías Comerciales. Olivo hace una entrada espectacular en el top 10, situándose en la sexta posición con una fortuna de 4.600 millones de euros, gracias a la gestión de una decena de centros comerciales rentables, como La Cañada en Marbella o Las Dunas en Cádiz, que capitalizan el boom del turismo y el ocio. Además, su condición de accionista relevante de Unicaja, de la que controla casi un diez por ciento, lo sitúa en una posición de influencia creciente en la escena financiera española.

La lista también reconoce el papel de las mujeres en la alta esfera económica. Después de Sandra Ortega, la segunda mujer más rica es Hortensia Herrero, vicepresidenta y accionista de Mercadona, con 4.400 millones de euros. Herrero, esposa de Juan Roig, no se limita a su rol empresarial, sino que impulsa, junto con su marido, el Proyecto Legado, una ambiciosa iniciativa filantrópica a través de la cual destinaron 173 millones de euros el año pasado a proyectos en cultura, deporte y formación. La completa María del Pino y Calvo-Sotelo, ligada a la familia propietaria de Ferrovial, y Sol Daurella, presidenta de Coca-Cola Europacific Partners y consejera del Banco Santander, cuarta mujer más rica y en el 12 de la lista.

Cerrando las diez primeras fortunas se encuentran Miguel Fluxà, fundador del grupo hotelero Iberostar, y Florentino Pérez, presidente de ACS y del Real Madrid. Fluxà, con un patrimonio de 3.300 millones, ha visto cómo su grupo, con sus dos divisiones de hoteles y organización de viajes, crecía un 17% el pasado año. Por su parte, Florentino Pérez, con 3.100 millones, sigue acumulando riqueza gracias a los buenos resultados de la constructora que preside, que obtuvo un beneficio neto de 684 millones de euros, un 14% más.

Finalmente, la lista Forbes de este año introduce una nueva saga familiar entre las cien primeras fortunas: los hermanos Rubiralta. Propietarios de la empresa médica Werfen, especializada en diagnóstico y con presencia directa en más de treinta países, los cuatro hermanos han irrumpido en el ranking con fortunas que oscilan entre los 1.000 y los 1.200 millones de euros. Su incorporación ilustra cómo el éxito de las empresas españolas con vocación global y base tecnológica empieza a proyectar nuevas familias a los círculos más exclusivos de la riqueza, marcando quizás el camino de las futuras grandes fortunas nacionales.