El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Políticas de Seguridad, Josep Borrell, ha aprovechado su participación en las reuniones del Cercle d'Economia para hacer campaña por una mayor inversión europea en armamento y defensa. "Ya sé que así no se ganan elecciones, que la gente prefiere la mantequilla a los cañones. Pero es que muchas veces sin cañones no hay mantequilla", ha lanzado Borrell durante la mesa redonda celebrada este lunes en el hotel W de Barcelona, ante un auditorio lleno y con el mar de fondo

"Trump tenía razón, no invertimos lo suficiente en defensa", ha defendido el exministro socialista, que ha negado que para esta apuesta sea necesario crear un ejército europeo: "No hace falta, además, ¿quién mandaría?", ha dicho. "Nuestro ejército, que son 27 ejércitos rusos, es cinco veces el de Rusia, aunque tiene menos eficacia. Bueno, hablar de eficacia y de Rusia es un oxímoron, pero está claro que no tenemos la potencia de Putin porque estamos partidos en 27 trozos", ha aportado Borrell. "Nadie gana elecciones proponiendo más gasto militar. Pero lo siento mucho, el mundo es como es", ha añadido. "Solo los estados tienen ejércitos y Europa es un club de estados", ha dicho. "Si Europa quiere ser una potencia militar, necesitamos invertir 70.000 millones de euros más". 

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Josep Borrell, durante su participación en las jornadas del Cercle / Fotografía: Carlos Baglietto

Borrell ha cuantificado la inversión pública europea en ayudar militarmente a Ucrania, 65.000 millones de euros, y también la que ha dedicado a "compensar internamente los efectos de la guerra", como la inflación o la dependencia energética, que se eleva hasta los 700.000 millones de euros.

El representante europeo ha asegurado que si hay algo que tiene que reprocharse es el no haber ayudado antes a Ucrania y ha explicado que mantuvo una conversación con el primer ministro ucraniano, quien le preguntaba si en el caso de una nueva invasión recibirían ayuda militar. "'¿Ustedes nos darán armas o no?', me preguntaron. Y yo no pude decir que sí, porque no lo sabía. Pero cuando cayeron los misiles, decidimos que esta vez no podíamos dejarlo pasar, no podíamos dejar que se instalara un régimen como el de Bielorrusia en Ucrania", ha añadido. "La primera oferta militar fueron 50.000 cascos, que son muy útiles pero no suficientes", ha dicho. 

"Competencia sesgada" de Borrell

En cuanto a la dependencia energética con Rusia, Borrell ha comentado que "antes pensábamos que la dependencia era una cuestión de paz". "Como dependes de mí, no alzarás la voz, o no reaccionarás", ha ejemplificado, y que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, "sabía que nos tenía pillados porque la mayor parte del gas que consumimos en Europa es suyo". Esa misma dependencia, ha rememorado, se sufrió durante la pandemia: "Vimos que en Europa no se producía ni un solo gramo de paracetamol. Nos preguntamos: ¿dónde está el paracetamol? Y estaba en India". "Hemos descubierto nuestras carencias y limitaciones con ambas crisis", ha dicho. 

La rivalidad económica con China, ha defendido Borrell, "no tiene que hacer que estemos en pelea permanente". "Está claro que es un competidor, porque ya es el primer exportador de coches en el mundo. La evolución económica que ha experimentado en 40 años es histórica", ha defendido, aunque ha alertado de que "Estados Unidos también es un competidor". De hecho, ha criticado que la ley de reducció de la inflación, IRA, promulgada por el presidente norteamericano Joe Biden para fomentar las energías renovables, "es una competencia sesgada". Las empresas hace tiempo que piden en Europa estímulos similares o amenazan con invertir en Estados Unidos o China por sus mejores ayudas. 

China, eso sí, "además de un competidor es un rival", que "no tiene ningún complejo de inferioridad" por defender un modelo "de partido único", que "no es una democracia". "Lo venden por el mundo como mejor, reconocen que no tienen elecciones cada cuatro años pero sí mayor desarrollo económico", ha alertado Borrell, que cree que para contrarrestar este mensaje, la Unión Europea 

Borrell ha considerado "comprensible" que "nuevos actores quieran participar" en la geopolítica mundial, aunque ha recelado de la expresión Sur Global, "ya que hay países muy ricos que lo utilizan", aunque "ellos lo utilizan y se sienten parte". Entre estos países en crecimiento, Borrell ha señalado que en África hay "un resentimiento anticolonial" y en América Latina un "antiimperialismo" justificado que hace que existan ciertas divergencias y diferentes formas de ver la realidad. Por ejemplo, con respecto a la guerra de Ucrania, "nos acusan de aplicar dobles estándares con respecto a otros conflictos" y "no comparten la indignación moral que tenemos en Ucrania con la guerra". "Lo condenan, pero son más eclécticos a la hora de repartir culpas", ha señalado, poniendo de ello como ejemplo al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. 

En este desequilibrio con los países en vías de desarrollo, Borrell ha alertado también de las diferencias en cuanto a la responsabilidad por la emergencia climática. "América Latina es responsable del 3% de las emisiones y nosotros del 35%. Por eso es normal que te digan, 'hablemos de quién tiene la culpa o de cómo me ayudará usted a reducir las emisiones'", ha sentenciado. Borrell, finalmente, ha llamado a un mayor reparto de la riqueza, "el mundo no puede seguir como es" y a relativizar el peso de Europa en las decisiones globales, "somos el 5% de la población mundial y con una media de edad muy elevada". 

Borrell también ha valorado la coincidencia de las elecciones con la presidencia del Consejo la Unión Europea de España y ha asegurado que está "dentro de la normalidad" y que no es la primera vez. El presidente Pedro Sánchez, ha dicho, "tendrá sus motivos" para haber avanzado las elecciones al mes de julio