En España se aplican tres tipos de IVA en función del tratamiento fiscal dado por el Gobierno español: un 21%, que es el tipo general que se aplica por defecto a todos los productos; un 10%, el tipo reducido, y el superreducido, fundamentalmente a bienes y servicios de primera necesidad, como una buena parte de los alimentos. Pero, ¿qué tipo medio pagamos los españoles por cada 100 euros que gastamos en bienes y productos? El pasado año fue de un 14,3%, lo que supone el más bajo en los últimos diez años, cuando en 2013 se colocó por encima del 15% por el aumento de los tipos aplicado por el Partido Popular. De hecho, en los nueve años anteriores, el tipo medio estuvo siempre por encima de ese 15%. Hasta el año pasado. Lo que explica que la recaudación del pasado año del impuesto creciese tan solo un 1,6%, a años luz de los incrementos del 14,5% y el 13,9% de los dos años anteriores.

Y todo ello, a pesar de que el gasto sujeto al pago del IVA aumentó un 7,1%, hasta 618.671 millones de euros. Fuentes de la Agencia Tributaria achacan el salto entre la baja recaudación 1,6% y la subida del gasto en el 7,1% al impacto de los distintos cambios normativos y de gestión, esto es, la rebaja de tipos en energía (luz y gas) y en una quincena de alimentos básicos, aunque también a la nueva regulación sobre aplazamientos y la existencia de devoluciones extraordinarias. Es decir, las ayudas que el Gobierno de Pedro Sánchez mantuvo activas durante el pasado año para reducir los recibos de la energía y minorar la subida de precios en la alimentación del 7,4% durante 2023.

Hacienda calcula que las medidas aplicadas sobre el IVA han tenido una merma de la recaudación de 3.100 millones de euros. De ellos, el mayor impacto, 1.703 millones de euros, lo ha provocado la reducción del IVA superreducido (del 4% a nada) y del reducido (del 10% al 5%) sobre 15 alimentos básicos que suman un tercio del presupuesto de un español medio en alimentación.  El segundo grupo de productos privilegiados, con una reducción del IVA, tuvieron un efecto de 728 millones, 524 por la rebaja en la electricidad y 214 en la del gas. El tercer bloque de productos subvencionados durante 2023, productos de higiene femenina y anticonceptivos, redujo en 21 millones los ingresos por IVA del pasado año.

Si se hubiesen recaudado estos millones, la Agencia Tributaria estima que el principal impuesto indirecto habría aumentado el pasado año un 5,3%, más coherente con la evolución del gasto del 7,1%, y más si se tiene en cuenta que las rebajas de tipos tienen un impacto inmediato en los ingresos brutos (que se mantuvieron virtualmente iguales a los de 2022), pero retardado en las devoluciones realizadas.

Gasto no tributado

La conjunción de los alimentos, la energía y los productos de higiene femenina y anticonceptivos ha supuesto un gasto global de 27.220 millones de euros, el 4,4% del total del gasto del pasado año que debería haber tributado en el IVA. Se trata de la mayor reducción, un 4,4% del total de la base imponible del tributo, de los últimos 30 años a los que se remonta la estadística de la Agencia Tributaria. Tan solo una vez, en 2006, el porcentaje de gasto por el que no se tributó IVA, se colocó en el 2,2%.

La Agencia Tributaria aclara que, en el caso de la reducción del IVA en la electricidad, se está midiendo la pérdida de ingresos al haber estado vigente todo 2023 el tipo del 5% en comparación con 2022, en el que ese tipo solo estuvo en vigor medio año y el otro se pagó el 10%. Lo que explica, en parte, que en ese año la medida del IVA en la electricidad supusiese una recaudación menor de 1.313 millones de euros, casi tres veces más que en 2023. Aunque el mayor motivo se debe a la reducción del coste de la luz. Si en 2021, el MWh costó de media 45,44 euros, el año siguiente, en plena guerra de Ucrania, se disparó a 187,1 euros, y el pasado año, se redujo a la mitad, 96,05 euros, todavía el doble de dos años atrás. En 2024, el precio lleva un descenso vertiginoso, de 74,1 euros en enero a 40, en febrero y 20,3 euros en marzo y, en lo que va de abril, se ha pagado a 3,51 euros, con días en el mercado mayorista a 0,11 euros (5 de abril). Y, a menor precio, menos IVA recaudado.

En el caso del gas, Hacienda aclara que se compara el año 2023, con la reducción del tipo durante todo el ejercicio, frente a los tres últimos meses de 2022, en los que estuvo presente la medida. Lo que supuso, no obstante, que hace dos años costase al erario subvencionar el gas 219 millones de euros en esos tres meses, más que en todo 2023. Aunque no afectan al IVA, durante 2022, 2023 y este 2024, se aplican también reducciones en el Impuesto sobre la Electricidad y al Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica.

Respecto a la reducción de los alimentos y los productos higiénicos y anticonceptivos, no hay comparación sobre 2022, pues ese año no estaban en vigor.

Efecto en 2024

Durante este año, el Gobierno español ha prorrogado la reducción del IVA a los tres grupos subvencionados, aunque con desigual norma. En la electricidad se ha subido del 5% que se pagaba en 2023, al 10%, aunque con la salvaguarda de que cuando el precio medio del mercado diario correspondiente al último mes natural anterior haya superado los 45 euros/MWh, el tipo se eleva al general, el 21% que se aplica de normal. Pues bien, en febrero, el precio se colocó, como queda dicho, en 40 euros, por lo que en marzo, los recibos de la luz han tenido un tributo del IVA del 21% y, mucho han de cambiar las cosas, para que en abril no se quede por debajo del límite de los 45 euros, por lo que se abonará, nuevamente, un 21%.

El sistema escogido para la luz ha generado críticas por los dientes de sierra que puede suponer en las facturas eléctricas, pues es posible que en los meses de verano se superen los 45 euros, por lo que bajaría el IVA a 10%, para subir de nuevo unos meses más tarde. El gas es caso distinto, pues la bonificación del 10% solo estaba prevista para el primer trimestre, por lo que el próximo recibo tendrá una subida, al elevarse al 21%. Respecto a los alimentos, la subvención de los 15 productos está prevista que acabe el 1 de julio, y no parece que el Gobierno vaya a prorrogarlo.