El encarecimiento de los alimentos provocará que este año dediquemos cerca de 150 euros por persona en la comida, cosa que exige un mayor esfuerzo de planificación y organización. De hecho, España es el segundo país europeo que más gasta en cenas y comidas durante las fiestas después del Reino Unido, aunque cada vez hay más personas que destinan más dinero en regalos. Leticia Poole, profesora de Economía y Empresa de la Universidad Europea de Valencia, aconseja "apostar por el sistema de compra anticipada y la congelación de algunos productos pensando en las cenas y comidas que celebraremos en casa con la familia o los amigos".

En esta línea, también coinciden los pronósticos hechos por Mercabarna sobre los productos en que comeremos estas fiestas. El presidente del Gremio de Mayoristas del Pescado (GMP), Àngel Máñez, ha explicado que "desde el Mercado Central del Mercabarna se prevé una buena campaña de Navidad, recodo en que hay productos típicos de fiestas que tendrán repuntes de precio a la baja." Y añade: "Creemos que se notará especialmente en el congelado. Con respecto al marisco fresco, nos ayudará el esfuerzo del segmento especializado en estos productos para contener los precios y no superar los de la Navidad pasada". Hay que recordar que el GMP, que reúne todos los operadores del Mercado Central, distribuye el 50% del pescado|pez y marisco fresco que se comercializa en Catalunya.

De la gamba al calamar

A grandes rasgos, Mercabarna prevé incrementos del 20% en pescado fresco que se ha experimentado en los dos últimos meses. Pero ON ECONOMIA ha podido comprobado sobre el terreno que cuando llega al cliente final, los encarecimientos con pocas semanas de diferencia hasta llegar a las puertas de Navidad son con cantidades que llegan a triplicar el coste que podían tener el mes de septiembre u octubre. Y no solo en el pescado fresco. Vamos por partes. Uno de los productos estrella son las gambas frescas de Palamós. Desde su lonja, hemos podido ver cómo fluctúa el precio por kilo actualmente: la grande en 160 euros, la media a 89 euros, la pequeña a 55 euros y la congelada media a 46 euros. Estas últimas, las congeladas, antes de llegar al verano estaban a 35 euros. Y por término medio han subido un 20% como mínimo y un máximo del 40%, dependiendo del lugar.

El pescado siempre tiene fama de caro y, especialmente, en algunos nombres propios. Los lenguados que iban a 20 euros el mes de octubre y principios de noviembre, ahora van 30 euros y, además, la oferta es escasa. La merluza también ha experimentado aumentos del 20% y si es fresco, el precio mínimo de salida de uno de ellos es de 18 euros. El mismo pasa con los calamares frescos que antes costaban 20 euros y ahora 26 cada kilo.

Piña y melón

Pero si salimos del mar, también hay otros aumentos significativos. Los frutos secos, a modo de ejemplo, las almendras cuestan un 20% más. Y en el apartado de la fruta, la piña y el melón está a precios imposibles. A modo de ejemplo, en el caso de la piña, ha subido a escala global. En Costa Rica, también, los costes de producción fueron considerablemente más altos el año pasado. Además, los costes de los fletes seguían siendo muy elevados y el tipo de cambio del dólar tampoco ayudaba a la importación. El precio de compra de la piña es bastante más alto que hace un par de años y, en este momento, los precios de venta fluctúan mucho, situándose entre 10 y 13 euros. Y si vamos al mercado, con respecto al melón, nos lo podemos encontrar con un precio de salida de 4 euros el kilo.

Por otra parte, el vicepresidente del Gremio de Mayoristas de Frutas y Hortalizas de Mercabarna (AGEM), Pere Prats, ha afirmado que "aunque el mercado ha registrado en el transcurso de este año un descenso de ventas por la alta inflación, sí que esperamos una recuperación este mes. Prevemos incrementar un 3%, y situarnos por encima de las 95.100 toneladas de diciembre de 2022". Este apartado no prevé subidas de precio repentinas y tan solo seguirá la tendencia de inflación experimentada en algunas frutas y hortalizas por factores tan ajenos en las fiestas como puede ser la misma sequía. El ejemplo estrella de estos factores lo encontramos con la uva que ha incrementado un 20% su precio.

Y uno de los más destacados es el precio de la uva en los supermercados e hipermercados que se ha incrementado hasta un 227% en los dos últimos meses, según concluye Facua-Consumidors en Acció, que también apunta que este producto es hasta un 44% más caro en diciembre de 2023 que en las mismas fechas del año pasado, pese a estar afectado por la rebaja del impuesto sobre el valor añadido (IVA). La organización recordó que las uvas, al igual que el resto de frutas y otros alimentos básicos, actualmente tienen el IVA rebajado del 4% al 0%. Cabe recordar que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya anunció la extensión de la rebaja del IVA de los alimentos hasta junio de 2024.

La carne se modera

La carne alza, pero relativamente. Comida conejo o pularda puede ser una opción económica que no entra en el imaginario culinario más común de estas fiestas, pero son opciones muy recomendables, sanas y buenas. A grandes rasgos, la carne ha subido un 10% y hay que subrayar el caso del pollo que ya supone un precio de un 15% más caro que la Navidad del 2022. Martí Colomer, desde Mercabarna, ha explicado que "la carne sigue siendo una de las estrellas de los Navidad. En casa, con cortes y preparaciones tradicionales (asados y rosbif), y a la restauración con propuestas más innovadoras con carnes selectas de razas como Simmental, Angus, Hereford, Rubia Gallega, Wagyu y cortes como los entrecots". Si nuestro bolsillo no nos permite ser tan prémium, la carne de pollo o conejo no sufrirá problemas de sobrecoste ni tiene un precio de salida tan elevado. En este sentido, las aves de corral tradicionales, con su condición de crianza al aire libre, viven desde hace temporadas toda una moda gastronómica.