Un grupo de expertos del Instituto de Economía de Barcelona de la UB ha presentado este viernes un estudio sobre el nuevo modelo de financiación pactado entre Catalunya y el gobierno español en el que lo compara con los de Quebec, Escocia, el concierto vasco y el modelo foral de Navarra. Una de las principales conclusiones es que "decir que es una réplica del vasco o del foral navarro es falso", en palabras del investigador Alejandro Esteller, uno de los expertos, a la Agència Catalana de Notícies. 

"Todos los impuestos en Navarra son gestionados por el modelo foral. El gobierno central todavía tendrá presencia a la hora de recaudar impuestos o quedarse con una parte en Catalunya", dice Esteller. "En Catalunya, se prevé que haya una nivelación con el resto de comunidades. En el caso de Navarra y País Vasco, aunque debería haberla porque son comunidades ricas, estas previsiones no se hacen", reflexiona. Hay, por lo tanto, "diferencias sustanciales" entre los modelos de financiación y "decir que es una réplica del vasco o del navarro es irregular o es falso". 

El estudio contiene un artículo de Esteller y Marta Espasa-Queralt sobre la singularidad como una "fortaleza para la cohesión territorial" que resume todo el estudio, con artículos escritos por investigadores locales sobre los modelos de Quebec, de Escocia y de Navarra. Finalmente, la investigadora Maite Vilalta hace una prospectiva sobre el nuevo modelo de financiación acordado para la Generalitat con el gobierno español. 

En este último se repasa también la evolución de los sistemas de financiación y los diferentes modelos vigentes en España, que son dos, el foral de País Vasco y Navarra y el común para el resto. Y concluye que el modelo de financiación surgido en el estado español a raíz del Estatuto de Autonomía catalán de 2006 tiene varias carencias. 

Aquel modelo incluía algunas cesiones tributarias del estado hacia las autonomías, pero tiene carencias como "la insuficiencia de recursos", "los resultados erráticos y poco justificables, desde el punto de vista equitativo", "el mal funcionamiento de los mecanismos de coordinación técnica e institucional" y, finalmente, "la poca transparencia y visibilidad que tiene hacia la ciudadanía".

El nuevo acuerdo otorga una "mayor responsabilidad" a Cataluña con respecto a sus impuestos pero hace "razonable" su aportación a las arcas del estado y del resto de comunidades autónomas. Según Vilalta, se trata de un modelo "fundamentado en los principios básicos del federalismo fiscal" que permite a Cataluña "profundizar en el autogobierno". 

Ahora bien, el nuevo modelo deberá ser revisado, sobre todo de cara a las autonomías que resulten "infrafinanciadas", concluye el informe, que dice que hay que "esperar" a ver cómo se concretan cuantitativamente las aportaciones catalanas al estado. 

El texto, dice, recoge el espíritu del Estatuto de 2005 pero "no tiene nada que ver" con los pilares que fundamentan los modelos forales: disposición de todos los tributos y aportación de una cuota.

Tampoco, dice, es un modelo confederal, ya que "la soberanía fiscal está en manos del gobierno central" y así continuará. "Si se generaliza la propuesta catalana, se avanzaría hacia un escenario verdaderamente federal, muy probablemente asimétrico", dice el texto. 

"El nuevo modelo debe permitir un aumento sustancial de la capacidad normativa tributaria de la Generalitat de Catalunya, en coordinación con el gobierno central y con la Unión Europea", dice la introducción de Queralt y Esteller, coordinadores del informe. 

En el caso de Quebec, destaca la gran autonomía fiscal con una agencia tributaria propia y la gestión íntegra de los impuestos salvo las aduanas, y se complementa con un sistema de transferencias verticales al gobierno federal y de un sistema de nivelación. Quebec tiene también un sistema de pensiones independiente. "Aunque el sistema de federalismo fiscal canadiense no está exento de críticas, su diseño ha conseguido mantener un equilibrio relativamente estable a lo largo del tiempo, ofreciendo un marco que combina la cohesión federal con el reconocimiento de la singularidad territorial", dice el informe. 

En cuanto al modelo escocés, desde hace diez años recauda aproximadamente la mitad de sus impuestos: gestiona parte del impuesto sobre la renta, varios tributos medioambientales y sobre la propiedad. También tiene su agencia tributaria, pero "sigue dependiendo en gran parte de una subvención global del gobierno británico", alerta el informe, que ve ciertos riesgos fiscales en este modelo. 

Pedro Pascual analiza el modelo navarro con una recaudación y gestión de casi todos sus tributos y una aportación anual al estado por las cargas no asumidas. Entre las ventajas del modelo, está "una mayor corresponsabilidad fiscal, la capacidad de ajustar los ingresos y el gasto, menos endeudamiento y más eficiencia recaudatoria", pero existe un riesgo al asumir al 100% los impuestos. Es necesario, además, mejorar la transparencia y aclarar la contribución a la solidaridad interterritorial, así como actualizar la conexión y reforzar la coordinación entre las haciendas, según los académicos.