La pandemia por la covid ha cambiado la manera de entender la política económica de China, un país donde todas las empresas están conducidas por el mismo gobierno de Xi Jinping. Un ejemplo evidente lo encontramos con la ciudad de Monterrey, en México, y próxima con la frontera de los Estados Unidos. La inversión china se ha disparado en este país y no solo por la política de aranceles que se encuentra con el gobierno de la administración de Joe Biden. La necesidad de producir en el lugar de destino, en vez del de origen, para no sufrir los estragos y retrasos que causó el coronavirus es una de las motivaciones. Pero también lo acondiciona la salud de la economía china y los cambios de rumbo que está sufriendo en los últimos tiempos. Todo hace que las ciudades que apuestan por la reindustrialización, quieran optar a ser candidatas para atraer el negocio chino.

Barcelona se desmarca del Estado español

En esta batalla está Barcelona. Aunque España no figura ni entra en los cinco países europeos con una mayor inversión china, el caso de la capital catalana puede desmarcarse del resto del Estado por diferentes atractivos delante de otras ciudades europeas. Por una parte, el coste humano: la reducción de sueldos entre Barcelona y cualquier ciudad alemana sigue siendo una evidencia. De la otra, la potencialidad de sus conexiones gracias al Port de Barcelona. En un año, puede llegar a gestionar cerca de 800.000 vehículos chinos, de los cuales un 10% son eléctricos. Los productores de este país apuestan por este puerto como puerta de entrada de sus productos en Europa. Pero todavía hay más datos: un 42% de los componentes que se importan a través de Barcelona vienen de China. Con la última crisis en el canal de Suez, que representa un 15% del comercio global y por donde pasan 20.000 barcos anuales, todavía se ha hecho más evidente. Para evitar el conflicto, los barcos pasan por Sudáfrica, donde el viaje tarda hasta treinta días más para ir y volver y los chinos han decidido eliminar las escalas del norte de Europa para recuperar tiempo. Eso provoca más tráfico en el Port de Barcelona y, en parte, en los del este de Europa. Para entender el interés chino en la capital catalana, podemos hacer números: el coste de un barco diario son 20.000 dólares y, con la crisis en el canal, se ha disparado hasta los 100.000.

Alemania atrae a China

Por todo ello, Chery será el primero, pero no el único de esta llegada de empresas chinas con una fuerte apuesta por la electrificación, más allá de la automoción, producida desde Barcelona. ¿Así pues, cuáles son sus rivales directos? Si vamos al conjunto de la Unión Europea, el pasado 2023, hubo de nuevo más adquisiciones de empresas e inversiones en el segmento de alta tecnología en toda Europa —que incluye principalmente empresas de software y semiconductores— que en los sectores industriales tradicionales. No obstante, el número de adquisiciones de empresas de alta tecnología bajó de 32 a 26, mientras que al mismo tiempo el número de empresas industriales adquiridas bajó de 25 a 24. Tanto en el sector industrial como en el sector de alta tecnología, los inversores chinos prefirieron invertir en Alemania: de las 26 transacciones del sector de alta tecnología por toda Europa, siete empresas alemanas implicadas. Y de las 24 transacciones en que se adquirieron empresas industriales, ocho tuvieron lugar en Alemania. La conclusión es clara, las empresas chinas compran menos empresas industriales, pero más empresas de alta tecnología.

Según un informe de la consultora EY, "los compradores chinos son cada vez más raros cuando se trata de adquisiciones de empresas en Europa: el número de transacciones bajó de 139 a 119 en el 2023 en comparación con el año anterior. Esta caída se debe en gran parte a la situación económica actual de la misma China. Por ejemplo, me viene a la cabeza la crisis inmobiliaria. Por lo tanto, las empresas chinas tienen menos probabilidades de expandirse, sobre todo en el extranjero," asegura Michael Messerli, jefe de Estrategia y Transacciones de EY en Suiza. Y añade: "Aunque estamos viendo menos adquisiciones, estamos viendo muchas más configuraciones greenfield, que en este caso significa que las empresas chinas están estableciendo filiales en Europa con el fin de ampliar su propio negocio". Pero por delante, Barcelona no solo tiene Alemania, sino el Reino Unido en el segundo lugar (17 inversiones en el 2022 con un total de 27), Italia (15 inversiones, 2022: 6), los Países Bajos (10 inversiones, 2022: 8) , Francia (9 inversiones, 2022: 17) y Suiza (3 inversiones en el 2023, de 6). Nuevamente, la comparativa se hace por países, pero Barcelona se reivindica como área regional.

¿Y la Europa del este?

Al igual que ocurre con los puertos marítimos como puntos clave de la atracción de fábricas chinas, los de los países de Europa del Este también constituyen una fuerte competencia directa por Barcelona. De hecho, el fabricante de origen chino BYD planeó en diciembre del 2023, construir la primera fábrica de automóviles de Europa en Hungría. La ciudad de Szeged se convertirá en el primer polo europeo de producción de vehículos eléctricos e híbridos enchufables para el mercado europeo de la compañía, lo que echa por tierras las expectativas de España, Alemania y Francia para seducir al gigante asiático con esta empresa concreta.

¿Y fuera de Europa?

Y si ampliamos todavía más la mirada, las inversiones chinas que más se parecen a las europeas las encontramos en México, que se está convirtiendo rápidamente en un nuevo centro para la inversión y las exportaciones offshore de China. La cuota de los EE.UU. de la inversión extranjera directa (IED) en México ha cambiado poco a lo largo de los años, mientras que la cuota de China aumenta rápidamente. La Reserva Federal de Dallas estima que la IED procedente de China fue de aproximadamente 1.200 millones de dólares en 2022, eclipsada por la IED de los EE.UU. y el Canadá, pero eso cambiará en los próximos años.

En octubre de 2023, el gobierno de Nuevo León, un estado del norte que limita con los Estados Unidos, anunció que el Lingong Machinery Group de la China, que fabrica excavadoras y equipos de construcción pesada, anunció planes para invertir 5.000 millones de dólares en el estado, incluido un edificio de una fábrica nueva. Trina Solar dijo que invertiría hasta 1.000 millones de dólares en Nuevo León. BYD Auto, una empresa que cuenta con Berkshire Hathaway de Warren Buffet como inversor, también está buscando una nueva línea de montaje en México tanto para vender coches BYD a los mexicanos como para enviarlos a la frontera a los compradores norteamericanos. La gran pregunta que se hacen los empresarios locales de cada país y la propia administración es si hace falta reivindicar el talento propio y asumir el error de haber no tenido en cuenta el potencial chino o adherirse a ello y buscar sinergias de valor para seguir haciendo crecer el país.