La industria farmacéutica ha incluido entre sus prioridades para los próximos intensificar la modernización y actualización de las infraestructuras internas destinada a laboratorio para ser más eficientes y reforzar el valor añadido de su innovación y desarrollo. El sector admite que incrementará el volumen de recursos que dedica a este apartado desde el 3% al 7% de sus ingresos, en los dos próximos años, doblando el volumen de recursos actuales. De media, en 2022 las organizaciones gastaron el 2,7% de sus ingresos sobre iniciativas relacionadas con la modernización, la digitalización y transformación de sus laboratorios. Detrás de esta estrategia se amaga un gran propósito que les hará más competitivas: reducir el tiempo que transcurre entre el descubrimiento de una nueva molécula y el lanzamiento del nuevo fármaco al mercado, y también, bajar los costes y elevar la ratio de éxitos.

Las farmacéuticas consideran que los laboratorios de nueva generación las preparan para afrontar los retos del futuro, según el informe Construyendo el laboratorio farmacéutico de próxima generación: digitalmente conectado, medioambientalmente sostenible, elaborado por el Instituto de Investigación Capgemini. Por ello, la inversión en este capítulo se realizará independientemente del tamaño de las compañías, aunque varía en su porcentaje. Las big pharma, multinacionales que facturan más de 10.000 millones de dólares anuales, se esforzarán en llegar al 7%, un porcentaje superior al 4% que destinan en la actualidad. Las compañías que ingresan entre 5.000 y 10.000 millones lo acotarán a un 5,4%, las de entre 1.000 y 5.000 lo rebajarán al 4,1% y para las de 500 a 1.000 millones de facturación, la inversión es de 2,8%.

Para realizar el informe, el Instituto de Investigación de Capgemini ha consultado a 235 compañías -un 62% farmacéuticas y un 38% biotecnológicas-, el 85% de las cuales tienen unos ingresos anuales de más de 1.000 millones de dólares, y el 15%, entre 500 y 1.000 millones de dólares. Del total, la mitad están ubicadas en Europa (Francia, Alemania, Suiza y UK), un 30% en los Estados Unidos, un 10% en Japón y el 10% restante en la India.

El sector “está cambiando la perspectiva de cómo obtener valor añadido a través de las nuevas tecnologías”, en opinión de Marc Benaiges, responsable de ciencias de la salud y manufacturing de Capgemini en España, y “todas las empresas de biopharma y de biotecnología están modernizando o modernizarán en el medio plazo sus laboratorios con la incorporación de tecnologías de nueva generación”, añade. Así lo admite el 75% de las compañías consultadas para el estudio que ha empezado la modernización de sus laboratorios; mientras que el 25% restante está planificando su enfoque estratégico.

Lo llevarán a cabo con mayor o menor premura, aunque casi la mitad (48%) de las organizaciones anticipan que necesitan de dos a cinco años para transformar sus laboratorios. Una minoría (17%) cree que necesitará al menos cinco años y una tercera parte (35%) cree que pueden completar la transformación dentro de los próximos dos años. El informe concluye que la mayoría de los laboratorios farmacéuticos todavía se encuentran en las primeras etapas de transformación, ya sea ejecutando pruebas piloto o probando pruebas de concepto (PoC). Sólo el 15% de las organizaciones pueden clasificarse como “líderes”, lo que significa que sobresalen tanto en elementos fundamentales, como herramientas, tecnologías, datos, arquitectura y conectividad, como en habilitadores, como visión, estrategia, personas y procesos, cultura y habilidades. Casi la mitad de estas organizaciones líderes ya están experimentando reducciones en el tiempo de comercialización, errores humanos, fallas en las últimas etapas y costos derivados de sus esfuerzos.

Menos tiempo y costes, más éxito

Benaiges expone que el objetivo final es múltiple. La industria farmacéutica necesita reducir el tiempo que transcurre entre el descubrimiento de una nueva molécula y su transformación en un fármaco comercializable, porque actualmente ocupa entre 10 y 15 años. También se podrán disminuir los costes de prueba-desarrollo-fabricación, que en la actualidad se sitúan en un promedio de 2.800 millones de dólares por desarrollo, y mejorar la ratio del éxito en el descubrimiento de nuevos fármacos, teniendo en cuenta que menos de un 12% de los compuestos que logran alcanzar la fase de ensayos clínicos llega a convertirse en fármacos disponibles para médicos y pacientes. Los costes son a la vez uno de los motivos centrales, ya que en los últimos años se ha casi que duplico, mientras que retorno esperado de la inversión en nuevos medicamentos se sitúa en torno al 2%.

Capítol complementario es disponer de una farmacovigilancia más rentable y eficaz y ampliar de forma ágil y rápida todo lo que son los procesos de fabricación y mejorar el cumplimiento de la normativa y auditoria, añade el responsable de ciencias de la salud y manufacturing de Capgemini en España.

Los laboratorios de nueva generación lo que hacen es incorporar tecnologías emergentes y dentro de estas está la IA, machine learning, IA generativa o la realidad aumentada o virtual. “Además de mejorar los procesos con la inclusión de automatización y robótica, así como la captura inteligente de datos, a través de sensores, para analizar el contenido con más precisión”, determina Benaiges al destacar que el estudio refleja que “9 de cada 10 organizaciones consultadas creen que gestionar ese gran volumen de datos será uno de los retos para el laboratorio de nueva generación”.

Colaboración e innovación abierta

Las farmacéuticas buscan crear laboratorios más ágiles, eficientes, colaborativos y sostenibles que les ayuden a afrontar mejor estos desafíos e impulsar los avances científicos. El estudio evidencia que la industria farmacéutica que disponga de un laboratorio de nueva generación impulsará los descubrimientos multidisciplinares y utilizará la innovación abierta. Una de las conclusiones es que el 89% de las compañías confirma que está intercambiando datos con entidades externas a su organización -entre empresas homólogas y que operan en el mismo ecosistema- y el 57% está adoptando prácticas de innovación abierta. “Los líderes del sector se abren al exterior para la búsqueda de colaboración con entidades y empresas dentro del mismo ecosistema farmacéutico” para ser más eficientes en I+D+i”, certifica Benaiges.

El aumento de la complejidad de las nuevas terapias genéticas y celulares es otro de los retos que debe afrontar el sector. Un aspecto que revolucionará el mundo de la medicina y que forma parte de uno de los elementos clave de los laboratorios de nueva generación es la llamada biología sintética. “La biología sintética es un campo multidisciplinar que combina la biología, la ingeniería, la informática… y te tiene aplicaciones revolucionarias que podrían impactar dramáticamente en la medicina como la conocemos actualmente, pero también en la agricultura, la alimentación y la sostenibilidad ambiental”, manifiesta Benaiges. “Tecnologías como la inteligencia artificial pueden impulsar la biología sintética a través de aplicaciones en áreas como la ingeniería de las proteínas, la optimización de las secuencias genéticas… mediante el análisis de estas rutas metabólicas, el modelado de procesos celulares y la automatización y optimización del diseño de estos experimentos”, comenta.