Los afortunados que ganen un premio este 22 de diciembre en el sorteo de la Lotería de Navidad tendrán dos maneras de cobrarlo dependiendo de su importe: los premios de hasta 2.000 euros se pueden cobrar en cualquier administración de Loterías y Apuestas del Estado, pero, si supera los 2.000 euros, habrá que ir a cobrarlo a un banco. Pero no a cualquier banco porque solo hay dos entidades financieras autorizadas: BBVA y CaixaBank.

Antes se podían cobrar en los ocho principales bancos, pero, desde 2023, Loterías y Apuestas del Estado adjudicó esta función a solo dos entidades colaboradoras. Por lo tanto, los agraciados con premios de más de 2.000 euros deberán pedir cita en una oficina de los dos bancos mencionados para tramitar el correspondiente ingreso.

Como cada año antes del sorteo del Gordo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte a los ciudadanos de que los bancos no pueden aplicar ninguna comisión ni exigir contraprestación cuando acudan a sus oficinas para cobrar los premios. No es que sea una práctica habitual, pero, por si acaso, dejan muy claro que “estos bancos no podrán cobrar ninguna comisión, ni exigir contraprestación". O sea, no pueden obligar a abrir una cuenta en el banco si no se es cliente, ni a cobrar una comisión por la transferencia a otra entidad.

Si el décimo premiado se ha comprado por Internet, el afortunado recibirá el importe automáticamente en la cuenta con la que se ha adscrito. Sin embargo, si el premio supera los 2.000 euros, deberá acudir a alguna de las dos entidades bancarias colaboradoras. El derecho a cobrar los premios caduca a los tres meses contados a partir del día siguiente a la celebración del sorteo.

Antes de comprar un décimo por Internet, hay que asegurarse de que la operación se realiza en una administración de lotería autorizada. También se puede hacer directamente en la web de Loterías y Apuestas del Estado. En este último caso hay que elegir un punto de venta asociado, que puede ser cualquiera de las administraciones de lotería. En las compras en línea se recibe un comprobante electrónico de los décimos adquiridos, que tiene la misma validez legal que el décimo en papel y acredita la propiedad del décimo.

Solo tributan los premios con un importe superior a los 40.000 euros. Por ejemplo, si se gana el premio gordo de la Lotería de Navidad de este lunes, dotado con 400.000 euros, quedan exentos los primeros 40.000 euros y se tributa por los 360.000 euros restantes, a los cuales se aplica un 20%, de manera que Hacienda se queda con 72.000 euros y el ganador con 328.000 euros. Por importes más pequeños de 40.000 euros, no hace falta rendir cuentas con Hacienda.

Pero, ¿qué pasa con las participaciones?. Por Navidad, muchas entidades distribuyen participaciones, incluso hay particulares que las regalan, así como grupos de amigos o compañeros de trabajo que se reparten décimos. En el caso de premios compartidos, los 40.000 euros exentos de tributación también deben repartirse proporcionalmente a la participación de cada uno, según precisa Hacienda.

Quien se encargue de la tarea de repartir figurará como beneficiario único o gestor de cobro y deberá estar en condiciones de acreditar ante la Agencia Tributaria que se ha realizado el reparto e identificar a todos los ganadores. La OCU recuerda que, en el momento de cobrar un premio compartido entre varias personas, es necesario identificar en el banco a cada ganador y su porcentaje de participación. El banco abonará el premio completo (menos el importe por el que se tributa) en la cuenta del titular. No es conveniente cobrar la totalidad del importe sin identificar antes a los demás participantes, ya que al repartirlo puede parecer que se está donando el dinero, lo que obligaría al pago del impuesto de donaciones. 

El Plan de Educación Financiera promovido por el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Ministerio de Economía recomienda, en caso de ser premiado con el Gordo, evitar decisiones impulsivas, revisar con calma la situación financiera personal antes de gastar y analizar ingresos, deudas, ahorros, necesidades reales y objetivos vitales. Es decir, no precipitarse a darse caprichos o correr a amortizar la hipoteca.

Según recuerda el economista Santiago Niño Becerra, “en 1920 se podían comprar 24 casas con el Gordo”, pero ahora no alcanza ni para un piso en ciudades como Madrid o Barcelona.