Esta semana, la ONG medioambientalista Greenpeace ha presentado un informe que ha hecho público a nivel mundial, donde denuncia quiénes se han beneficiado de la guerra en Ucrania. El informe señala directamente a "las empresas gasísticas". Afirma que estas "han aprovechado la crisis energética provocada por la guerra en Ucrania para aumentar las importaciones de gas natural licuado y cerrar contratos a largo plazo entre Estados Unidos y Europa". España es, después de Francia y Reino Unido, el tercer importador de gas desde Estados Unidos. Denuncia la ONG que estas empresas han cambiado su discurso, y donde antes alertaban de la importancia de una transición energética, ahora alertan de la importancia de la seguridad energética. 

Las principales conclusiones del informe apuntan a que la mayoría de los proyectos que se están planteando no estarán operativos hasta 2026, lo que conllevará elevados costes para los usuarios. Además, denuncia que los proyectos que EEUU ha aprobado duplicarán la capacidad de exportación de gas licuado hasta 439 bcm anuales, con unas emisiones que equivaldrían a la contaminación de 393 millones de coches. Señala que la cantidad de gas licuado estadounidense que importó Europa durante el año 2022 aumentó en un 140%. 

El informe también alerta de los graves impactos en la salud y en la seguridad que suponen estas prácticas, ya que el gas licuado que se extrae en Estados Unidos, y que estamos comprando, se obtiene de una técnica de extracción que está prohibida en Europa, la fractura hidráulica o fracking.  

Por si esto no fuera suficiente, señalan los expertos que "el caso de España es especialmente flagrante porque, además de aumentar enormemente las importaciones de gas desde EEUU, ahora ha decidido volver a poner en marcha la planta de GNL de El Musel en Gijón, que Enagás tenía en estado de hibernación desde 2014 y que ahora espera utilizar como puente logístico de gas para las plantas flotantes de regasificación del norte de Europa". También indican que "el llamado hub del gas ibérico que pretende canalizar gas de EEUU hacia Europa no abarata las facturas a los usuarios, tan solo va a engordar los beneficios de compañías privadas como Enagás o la portuguesa REN". 

Y no deberías olvidar lo que ya te hemos contado en ocasiones anteriores, como cuando en el mes de marzo de 2022, justo cuando comenzó el conflicto en Ucrania, te informábamos sobre el informe de la RAND Corporation, que años antes, había aconsejado a la administración norteamericana sobre los beneficios que obtendría de un conflicto como el desatado en Ucrania. Específicamente, puedes ver que el primer objetivo era, precisamente, la expansión de los productos energéticos norteamericanos en el mercado internacional. Hay un último informe de la Rand Corporation, de enero de 2023, donde advierte de que hay que comenzar a girar el discurso sobre la guerra en Ucrania para ir preparando una estrategia de paz.