La semana pasada analizábamos la capacidad creativa del juez Llarena, al conocer el auto de procesamiento que hizo público el mismo día en que se hacía efectiva la modificación del Código Penal. 

Inmediatamente después, era el propio Gobierno de Sánchez quien recomendaba al juez instructor que dejase de hacer valoraciones políticas en sus escritos y se dedicase a aplicar la ley, que es, ni más ni menos, que la función que tiene atribuida. 

Esta semana, eran la Fiscalía y la Abogacía del Estado quienes recurrían el auto de procesamiento de Llarena para introducir nuevos delitos y hacer quedar en evidencia no sólo al juez instructor, sino a la modificación del Código Penal hecha por el legislativo. 

Ha sido el recurso presentado por la defensa de Carles Puigdemont, elaborado por el Despacho Boye-Elbal, el que ha aportado luz ante tanto caos generado. Una lectura imprescindible que nos sitúa, afortunadamente, ante el derecho que algunos estudiamos en la facultad, el que emana de las fuentes del derecho, de la jurisprudencia, del derecho comparado, y muy lejano a esa nueva asignatura del derecho creativo "made in Llarena". 

En este vídeo-análisis se presenta un breve resumen de las cuestiones más destacadas de un recurso pedagógico, brillante en términos jurídicos y que, de paso, pone en su sitio a los que se creen que pueden retorcer la realidad a su antojo.