Las Facultades de Derecho deberían incorporar una asignatura sobre "Derecho creativo", para así poder analizar y estudiar los escritos del juez Pablo Llarena. Porque no deja de sorprendernos. Porque no deja de hacer valer su capacidad creativa a la hora de interpretar el Derecho, de cambiar un delito por otro, de pasar de la rebelión a la sedición para terminar en desobediencia. Porque la malversación adquiere, en las páginas de su último auto de procesamiento, un sentido sorprendente. Como lo es su interpretación del acervo comunitario, de la aplicación de las euroórdenes. Llarena lo ha vuelto a hacer.