En la concurrida parada de metro de Sol, en Madrid, aparecía el pasado día 20 de abril un cartel electoral de la formación ultraderechista de Vox. Una imagen que puede verse en distintas estaciones de la red de ferrocarril de la capital. En el cartel aparecía un mensaje: “un MENA, 4.700 euros al mes. Tu abuela 426 de pensión”. 

El cartel fue criticado de manera inmediata desde el Gobierno, y también desde formaciones políticas de la oposición, como el Partido Popular. 

Analicemos este asunto, porque es muy importante. En primer lugar, porque los datos que en él se da son falsos y tienen como único objetivo generar odio hacia los Menores Extranjeros No Acompañados. 

Primera cuestión: de dónde sale la cifra que señalan. La Consejería de Políticas Sociales y Familias ha informado de que en el año 2020 se destinaron 96.100.000 euros para las 1.903 plazas en centros residenciales que cubren a todos los menores. Entre ellos hay extranjeros, españoles y los Menores Extranjeros No acompañados. Al dividir esta cifra en 12 meses, resultan 4.208 euros por menor

Esta cantidad se destina a los gestores de los centros en los que se atiende a estas personas: para sufragar los salarios de los trabajadores, la comida, la ropa, y todo aquello que puedan necesitar estos niños. 

La Comunidad de Madrid se ocupa de 3.709 menores que necesitan medidas específicas de protección. De todos ellos, 2.637 son españoles (el 71%), 1.072 son extranjeros (el 28%), y entre estos últimos, 269 (un 7%) son los conocidos como “MENAS”. 

Viendo lo visto, aunque no debería ser necesario explicarlo, UNICEF nos recuerda la vulnerabilidad de estos niños y niñas, cuya desprotección es evidente. Son niños solos, sin adultos que les protejan, sin familia, en un país que no es el suyo, donde se habla una lengua que desconocen y donde la cultura les resulta extraña. Todo es hostil para ellos, que han llegado aquí por diferentes motivos y que tienen en común la soledad y el miedo. 

A raíz de este deleznable cartel, es importante subrayar varias cuestiones:

  • En primer lugar, que deberíamos dejar de hablar de MENAS, una terminología que cosifica a los niños, porque son niños, y que va contra el espíritu de la Convención sobre los Derechos del Niño. 

En España recibimos unos 6.000 menores no acompañados que proceden de otros países. Para que nos hagamos una idea, en Alemania, reciben unos 70.000. 

Proceden fundamentalmente de Marruecos y Argelia, y cada día más, de África Subsahariana. Huyen de la pobreza, de la exclusión y de la falta de oportunidades. También de la violencia que hay en sus países de origen. En muchos casos han perdido a sus padres por guerras, y en otros, sus familias siguen viviendo en su lugar de origen. Ellos se marchan con el sueño de encontrar un futuro que les permita poder ayudar a sus familias. 

Son menores que vienen de un horror para encontrarse, en no pocas ocasiones, con otro que no esperaban. Desde su ingreso en los CIES, pasando por las pruebas médicas que a veces se les realizan sin garantías jurídicas suficientes, que a veces se encuentran viviendo en la calle, siendo víctimas de abusos de todo tipo. 

La ultraderecha se empeña en generar un debate que criminaliza a estos menores, que los estigmatiza y que pretende identificar a los Menores Extranjeros No Acompañados con la delincuencia, sumiéndoles más aún en la soledad, la desconfianza y el rechazo social. Todo lo contrario a lo que una sociedad con principios éticos y humanos debería hacer. 

Para ello, está siendo evidente la nefasta contribución de los medios de comunicación que ponen el foco de manera absolutamente deplorable para incidir en hechos puntuales queriendo elevar a categoría cuestiones que sólo buscan generar odio hacia estos niños y niñas. 

Los niños llegados de otros países que cometen delitos son una minoría según los datos oficiales. En la mayoría de los casos, se trata de hurtos que suelen estar vinculados a situaciones de necesidad. 

En el debate de los candidatos a presidir la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, candidata de la ultraderecha, intentó de nuevo vincular a los menores extranjeros no acompañados con delitos de violación. Según el fiscal coordinador de Menores, José Javier Huete, “no hay ningún dato que avale” que estos niños protagonicen este tipo de actos delictivos. De hecho, la mayoría de las violaciones en España se producen por hombres españoles. 

Los Menores Extranjeros No acompañados No son niños peligrosos: son niños EN PELIGRO. Un asunto de semejante sensibilidad, de tantísima importancia y que concierne a toda la sociedad, está siendo abordado incluso por la propia Justicia de una forma alarmante. Que el cartel supone una provocación es evidente. No hace falta recordar los ataques que se han venido produciendo a centros de menores desde que la ultraderecha está señalando a estos niños. Por este motivo, desde el Gobierno se denunció el uso de este mensaje. La Fiscalía decidió ayer, de manera cautelar, ordenar su retirada. Sin embargo, el juez de guardia del Juzgado de Instrucción 48 de Madrid rechazó la medida, considerando que el cartel no supone un peligro. 

Llama la atención cómo ante un asunto que pone en peligro a niños y niñas vulnerables, el sistema parece proteger a la ultraderecha que los señala con mentiras mientras por un cartel que pedía libertad para los presos políticos, la justicia fue capaz de tumbar a un presidente de la Generalitat. Dos carteles, dos respuestas. La evidencia está sobre la mesa y esto solamente puede combatirse con una respuesta democrática que priorice los Derechos Humanos que están en peligro.