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Marcelo Expósito nace en Ciudad Real el 1966. Empieza a venir con regularidad a Barcelona en el 86 por ser "un laboratorio cultural y político". Artista socialmente comprometido decide implicarse en el movimiento por la insumisión al servicio militar, a pesar de llevar una cómoda vida de estudiante en Holanda. Desde entonces pasa por el movimiento antiglobalización y antiprecarización, "caldo de cultivo del que surge la eclosión ciudadanista".

El 15M, ese momento de "unión entre la fuerza de invención de una generación nueva y la mochila de lo viejo", del que participa, no se apaga meses después, como algunos pensaban. Él está allí dónde permite que la llama siga. Aquello que "surge como un aviso ante la inminente victoria del PP" extiende sus articulaciones para que "el conjunto de energía acumulada irradie la sociedad".

Acostumbrado a contar las revoluciones a través del arte, asegura que "la hegemonía del cambio social viene por la capacidad de una sociedad tiene de narrarse a sí misma", al mismo tiempo que se agota "si no hay articulaciones políticas que efectivamente produzcan cambios estructurales amplios".

Su intensa trayectoría le lleva al lado de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en la PAH y Guanyem Barcelona, para después formar parte de la ejecutiva de Barcelona en Comú. El 20D es escogido diputado en el Congreso por ECP y ahora ocupa la secretaría cuarta de la Mesa de la cámara.

A finales de enero anuncias junto con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y otros compañeros "comunes", la voluntad de constituir un nuevo espacio político de izquierdas a nivel catalán. El 20 de febrero se celebra un plenario de Barcelona En Comú. ¿Allí se avala definitivamente?  Lo que el plenario valida el 20 de febrero es poner en marcha el debate, algo que se venía hablando informalmente durante muchísimos meses, y es cómo reproducir el modelo de Barcelona a escala catalana.

¿Cuáles son los próximos pasos? Por nuestra parte hemos sometido ya un documento de trabajo que es público y conocido a nuestra organización para que se discuta, también en los barrios y organizaciones políticas que se sientan cercanas. Como bien sabes la matriz de BComú es Guanyem Barcelona, la cual se presenta como una plataforma singular diferente a las tradicionales en varios sentidos. El primero es que es una hipótesis, no una organización política. Plantea el salto a las instituciones. El segundo aspecto importante es que es ciudadanista, lo que plantea es una hegemonía del protagonismo de la gente. Y tres, de confluencia porque nos presentamos como una entidad nueva, singular, no autorreferencial, que aboga por la construcción de espacios para trasladar a nivel institucional aquello que ya sucede en las calles.

¿La idea es repetir este modelo de tres puntos al ámbito nacional? Para nosotros esa es la máquina que se debe poner en marcha para construir un nuevo sujeto político catalán. De hecho lo que propusimos el 24 de enero fue una hipótesis. Veremos ahora cómo se verifica, debátase, discútase, confróntese. El modelo de tener un pie puesto en la confluencia pero que todavía tiene el lastre de las formas de las coaliciones entre organizaciones nosotros lo aceptamos cuando es inevitable pero no lo queremos.

Que no esté prevista, almenos por ahora, otra cita más en el calendario electoral catalán ayuda… Nos permite un trayecto de construcción que es muy semejante al que hemos tenido en Barcelona: aproximadamente un año para hacer la construcción de un espacio común.

¿En qué grado influye el éxito de En Comú Podem en la toma de esta decisión?  Nos gusta hacer las cosas sin pausa pero con una cierta cocción. Es verdad que nos implicamos en las generales porque se daban una serie de condiciones delicadas para la continuidad de la revolución ciudadana.Vimos que teníamos que arremangarnos y echar una mano. Nos parecía, por una parte, que había un proceso de bloqueo del crecimiento de Podemos, después de un año de ataques muy duros del régimen que hacía que el aliento en el que ellos también habían participado de los procesos municipalistas peligrase. También nos preocupaba verdaderamente el ascenso de Ciudadanos en Catalunya. Todo ello nos hizo concluir que teníamos que entrar, aun y precipitadamente, a tenor del resultado.

Nos planteamos implicarnos en las generales por el proceso de bloqueo del crecimiento de Podemos

¿Qué ventajas aportaría? Negociar cada una de las confluencias para cada proceso electoral es un trabajo muy agotador y en algunos aspectos es superfluo, porque supone volver a negociar cuestiones que están ya discutidas antes. Por otra parte nosotros también consideramos que hay una cierta saturación de proyectos políticos con un perfil semejante en el ámbito catalán. Queremos afianzar un dispositivo que incorpore, asimismo, movimientos sociales.

No solo partidos pues. Sí y nos parece que eso puede llegar a ser claramente hegemónico en estos momentos.

Frecuentemente se dice “Damos este paso porque hay mucha gente que nos lo ha pedido”. ¿Hay alguien que os haya pedido que no lo hagáis? Yo creo que nadie. Incluso nuestros adversarios tienen claro que nosotros vamos a arrancar con esto.

¿Y en las catalanas?  No estábamos preparados para unas elecciones catalanas. En aquel momento a nosotros nos parecía que debíamos seguir trabajando en el ámbito municipal. Habíamos ganado las elecciones en mayo y nuestro gobierno arranca en junio, por lo cual nuestra organización recibe una sacudida muy fuerte. En contra de algunos artículos que se publican diciendo que nos pilló por sorpresa la victoria en Barcelona, que no nos la esperábamos, tengo que decir que nosotros esperábamos ganar. Lo que pasa es que no sabíamos lo que significaba ganar. Ganar un ayuntamiento de la envergadura de Barcelona desde la ciudadanía.

Al margen de los tiempos... Bien, participamos de las mesas de negociación de CSQP y nos pareció que podría haber tenido una componente más fuertemente de protagonismo ciudadano, entre otras cosas.

Así, había aspectos programáticos que no os gustaban.  Desde algunos medios se nos acusa de tener aspiraciones más allá de la gestión del ayuntamiento. Es completamente equivocado. Nosotros nacemos como iniciativa municipalista porque creemos en la democracia distribuida. Es la primera escala donde el ciudadano puede tener un protagonismo estrecho en la gestión de sus propias condiciones de vida. Nosotros no vamos a abandonar nunca la escala municipal porque somos un movimiento de fuerte componente democrática de base.

Sin embargo, queréis y estáis dando ya el salto.  No estamos desinteresados de lo que ocurre en otros ámbitos políticos. Somos conscientes, y es algo que intuíamos pero que no supimos hasta que estuvimos en el Ayuntamiento barcelonés, que los consistorios del cambio necesitan estar protegidos a otros niveles de la administración. Tú en los ayuntamientos solo no resistes. ¿Cómo multiplicas la revocación ciudadana si no derogas la ley Montoro? Es imposible. ¿Cómo sostienes un ayuntamiento como el de Barcelona si tienes gobiernos hostiles a nivel autonómico y estatal? Y justamente el salto es para proteger nuestro ADN aquello en por lo que vamos a seguir trabajando prioritariamente.

¿El nacional tenía que esperar? Nos pareció que no era un gesto de protección de Barcelona sumarnos a Catalunya Sí Que es Pot y desgastarnos. En cambio sí decidimos participar en las generales para proteger Barcelona. No queríamos un gobierno en el Estado que siguiera desplegando, como lo hizo el PP, una agresión tan fuerte contra la democracia municipal.

Nos pareció que no era un gesto de protección de Barcelona sumarnos a Catalunya Sí Que es Pot y desgastarnos

Aportastéis imagen.  Sobre todo aportamos un imaginario de victoria. Se puede ganar. Es importante que se instale este imaginario. Además, llevábamos meses gobernando y no había sobrevenido el apocalipsis. Es más, se empezaba a vivir mejor o con menos asfíxia que en el ciclo político anterior.

Hay ciertas izquierdas que psicológicamente no han querido ganar nunca. Tienen terror de ganar. Nos parece que esta especie de pulsión histérica de ciertas organizaciones políticas por la cual tu boicoteas tus propias posibilidades de dar el salto… Nosotros nacimos para romper con eso. Podemos también. Somos estrictamente paralelos.

¿Cómo pretendéis hacer el debate para este nuevo espacio catalán de izquierdas? Por el momento somos cautelosos y hemos abierto sólo un proceso de debate dentro de nuestra organización (BComú). Nuestra gente ha vivido unos meses muy vertiginosos desde las municipales hasta las generales. Nos gusta que se debata tranquilamente en los barrios, en los ejes, en las comisiones técnicas, en la coordinadora. En el plenario del que hablábamos antes se trató de forma muy breve pero fue el pistoletazo de salida para un debate interno.

¿Y después? Tenemos un año y el modelo de Barcelona. Queremos ver si es reproducible o si hay que inventar otro dispositivo. A raíz de allí iremos a otro plenario, veremos si se crean instancias intermedias, pero lo que está claro es que va para adelante.

¿Barcelona es un mundo y Catalunya otro?  Sí y tenemos que ser humildes. A nivel catalán es otra dimensión. Existen otras organizaciones que desde hace mucho tiempo trabajan y que han ayudado a vertebrar este país en las últimas décadas. En este sentido no queremos ser invasivos en territorios donde ya hay procesos políticos, pero sí ir con la convicción de lo bueno de hacer confluir cosas que funcionan.

ICV tiene sus estructuras, sus ritmos, sus procesos de decisión. ¿Cómo se consigue que funcione de otra forma? De momento en Barcelona en Comú ya se funciona sin cuotas de partido en los cargos de dirección.

Hablan de "cooperativa política". ¿Es eso? El modelo de cooperativa no deja de ser una especie de adaptación del modelo de coaliciones políticas. Nosotros decimos que si lo que se está pensando es en un área política nueva en la que los militantes puedan entrar formando corrientes internas informales que empujan en una dirección, a la vez que tienen fuera su propio aparato, y que de alguna manera colabora y contrapesa con el nuevo área, a mí no me parece un buen modelo. El modelo del doble sombrero no creo ni que pueda evolucionar en términos prácticos ni me parece muy respetuoso.

Que yo recuerde el PSUC mantiene por menos de un año su identidad política. En pocos meses se disuelve

Dicen que quieren un nuevo PSUC. Me parece un buen ejemplo, porque cuando el PSUC se forma en los años treinta es una fusión de varias organizaciones marxistas. Y cuando participa en la construcción de ICV, que yo recuerde el PSUC mantiene por menos de un año su identidad política como organización. En pocos meses se disuelve.

La idea es pues que se fusionen las militancias de ICV, EUiA, Podem, y estos partidos dejen de existir. El modelo de Barcelona En Comú es éste. Es verdad que debe ser progresivo, nosotros lo entendemos. No hay disolución tampoco en BComú desde un primer momento, pero ahora ya no hay cuotas y, aunque se mantengan las militancias, han ido desapareciendo las tensiones previas entre militantes diferentes. Lo suyo sería pensar que el nuevo espacio debe subsumir el conjunto. Pero no sólo las organizaciones políticas, aunque son quienes tienen la influencia más poderosa para condicionar los procesos de cambio.

Lo suyo sería pensar que el nuevo espacio debe subsumir el conjunto

¿Cómo se consolida la bolsa de votantes que, por ejemplo, en Barcelona pasó de votar a Ada Colau en las locales a votar Ciudadanos en las catalanas? Haciendo una buena gestión allí donde gobiernas y siendo coherente y honesto en tu funcionamiento político allí donde tienes posiciones de fuerza sin ser gobierno. No se debe perder nunca la articulación del movimiento con la ciudadanía y los movimientos sociales. Son las tres claves. No se puede perder el contacto con el sentido común.

¿En posiciones de gobierno la perspectiva es diferente? Con el tema de la vaga se llegó a decir que los sindicatos se estaban pasando. ¿Cómo se hace para que vuestro electorado no lo va como una incoherencia? Nosotros tenemos que demostrar que no gobernamos ni sólo para los movimientos, ni sólo para la organización, ni sólo para nuestros votantes, sino para toda la ciudadanía. No es que hayamos cambiado sino que adoptamos una posición que es coherente con gobernar para todos.

¿Tiene cierto riesgo?  No es tanto un riesgo sino un mandato. Creo que lo que nuestro equipo de gobierno está haciendo en estas situaciones que llamas de riesgo es una posición de mediador en el buen sentido. La doble crisis en este país sucede porque hemos tenido gobiernos que gobiernan de parte. No ha habido oposición a la huelga sino una posición favorable a la negociación. Las acusaciones de que hemos actuado como una patronal son injustas. Hemos actuado como gobierno de la ciudad, planteando las condiciones que le parecían justas para empezar a hablar. Y los sindicatos han tomado sus decisiones. Nos parecía una actitud de fuerza innecesaria por parte del sindicato que nos podríamos haber ahorrado y el Ayuntamiento tenía que actuar queriendo preservar que una parte importante de la población pudiera utilizar el transporte público.

Las acusaciones de que hemos actuado como una patronal son injustas. Hemos actuado como gobierno de la ciudad

El documento de 100 páginas presentado por Podemos hace un par de semanas fue tachado de primer acto de campaña electoral.  Hay algo a lo que el PSOE se tiene que acostumbrar y es que ya no hay bipartidismo.Tenemos que esperar a ver si nos sacan a bailar y apoyar a uno u otro dependiendo de lo que te den. Eso no funciona así. Esto va a llevar a que el intento de investidura de Pedro Sánchez descarrile. Lo que Podemos plantea es una escenificación de que es una fuerza equivalente en volumen de votos y pone por delante cuales son sus planteamientos.

¿Se ha jugado demasiado fuerte? Minutos después de saberse que el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, declinara someterse a la investidura, ya hacíais una rueda de prensa repartiendo ministerios y asunciones. Del 20D hasta que se hace esa rueda de prensa el PSOE se niega a reconocernos como una fuerza política. Y a En Comú Podem y el resto de confluencias, sobre todo. Tuvimos que pelear muy duro para que entendiera que Podemos no es un bloque homogéneo con alas y que teníamos una disciplina de voto propia, es decir, que eramos organizaciones soberanas.

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¿Algo distinto a lo del PSC? Sí, somos una organización subalterna propia, que además en el hemiciclo (ECP) es la quinta fuerza de la cámara. Se dice pronto. Y sumándonos a Podemos e Izquierda Unida tenemos más votos que el PSOE. Como ellos no querían plantear su propuesta nosotros pasamos por delante.

Se lo tomaron muy mal… Ellos se lo tomaron como una ofensa, pero no lo era. Era la evidenciación del choque de un modelo bipartidista contra uno que quiere hacerse cargo de la pluralidad y complejidad del actual tablero. Y es esta la cuestión de fondo.

Entonces intentáis imponer un relato de que hacer un gobierno juntos es más fácil de lo que parecía.  Claro. Criticaron que el Rey no nos había pedido a nosotros formar gobierno, pero no entiendo que tiene que ver que como fuerzas políticas soberanas planteemos la posibilidad de hacer un gobierno. El testigo, después de que nosotros expresamos como lo vemos, lo tiene Sánchez. Nosotros no nos pusimos a dialogar con otros grupos para formar gobierno, sino que planteamos la necesidad de impulsar y construir una realidad diferente.

¿Contempláis que con las encuestas en la mano, el PP tema un sorpasso de Podemos al PSOE en unas nuevas elecciones y acabe facilitando con la abstención un gobierno Sánchez-Rivera?  El acuerdo con Ciudadanos ya es de facto una gran coalición. Ciudadanos empieza jugando el papel de intermediario entre los dos grandes del bipartidismo. En el momento en el que empiezan a surgir los casos ya más que escandalosos que afectan al PP, y éste se empieza a convertir en el gran problema, Ciudadanos ocupa su lugar. Lo que hacemos esta semana es votar sí o no a una gran coalición. Que a este acuerdo se pueda acabar incorporando el PP es la hipótesis del señor Felipe González. En cualquier caso, hablamos de una combinación para detener el proceso de cambio y volver a imponer una restauración donde los grandes poderes económicos queden intactos, donde los grandes problemas de la ciudadanía no queden resueltos más que con un cierto maquillaje...

En el momento en el que empiezan a surgir los casos ya más que escandalosos que afectan al PP, Ciudadanos ocupa su lugar

Xavi Domènech decía el otro día que el dos de marzo no se acaba el mundo. De todos modos, ¿cómo afectará a la confianza esta apuesta de Sánchez por Ciudadanos?  Nosotros seguimos abiertos porque también entendemos que el partido socialista no es un bloque homogéneo. Esperamos que haya la deliberación y reflexión interna que nosotros también estamos teniendo. Veremos qué sucede a partir del día seis. Lo cierto es que nosotros en ningún momento hemos bajado la oferta. Los documentos presentados por Podemos siguen encima de la mesa.

Una mesa de la que os levantásteis la semana pasada... Entendíamos que era una farsa. No nos hemos retirado de negociar, sino de una cosa que no era una negociación.

¿Estaríais dispuestos a entrar en un gobierno del PSOE con ciertas temáticas ya cerradas con Ciudadanos que garantizaran su abstención en la investidura?  Incluso si hay un gobierno de cambio, tiene que haber una mecánica de funcionamiento efectivo en el Congreso. Quiero decir que incluso si hay un gobierno de coalición tiene que haber inevitablemente acuerdos de legislatura con otras fuerzas. Es evidente. Lo que no puede ser es que se haga con una fuerza con la que nosotros no vamos a estar de acuerdo de ninguna de las maneras. No apoyaremos un gobierno previamente condicionado por Ciudadanos en particular. Hasta el propio Sánchez ha dicho que el acuerdo es coyuntural y parece que no va a dar una mayoría para la investidura. Si es así, me parece evidente que será papel mojado y no se mantendrá.

No apoyaremos un gobierno previamente condicionado por Ciudadanos en particular

Durante estos meses no habéis puestos ninguna temática, tampoco el referéndum, como línea roja para sentaros a negociar. En el momento en el que entras en una mesa sin líneas es que admites que son puntos que pueden caer.  En realidad, si no me equivoco, quien planteó en primera instancia líneas rojas fue Susana Díaz. Nosotros hemos dicho desde el primer momento que no ponemos.  Nunca dijimos que el referèndum era una línea roja, sino que ganamos las elecciones en Catalunya y que entendíamos que esa era la solución. Evidentemente luego te sientas a escuchar lo que otros proponen. Aun así, nunca se nos pasó ni remotamente por la cabeza renunciar a él, por el simple hecho que nadie nos planteó otra solución. De hecho ¿cuál es la solución que plantea para Catalunya el acuerdo PSOE-C’s? Ninguna. Entonces nosotros decimos que es el referéndum.

Hubo momentos en los que del referéndum se hablaba más bien poco y parecía que hubiera caído del mapa. La noche del 20D Iglesias no habló de ello hasta una pregunta de la prensa. ¿Entendéis que genere desconcierto? Cada vez que se ha preguntado por ello la respuesta que se ha dado es la misma. El problema es que si en lugar de decirlo 10 veces en una rueda de prensa lo dices tres, se ve que lo habías replegado como línea roja.

En una mesa de negociación con el PSOE, si lo único que os separa es el referéndum y viene Carme Chacón y plantea lo que ha dicho ya dos veces de primero uno a nivel español sobre la reforma constitucional y si sale que no en Catalunya, luego uno sobre la independencia, ¿vosotros podríais llegar a asumirlo en último término? Todo el mundo sabe que en Catalunya se va a acabar votando. Hay diferencias sobre qué tipo de votación tiene que ser, cuando, y hay quien lo dice en público y hay quien lo dice en privado. Lo que dice Chacón es evidente. Si haces un referéndum sobre la reforma territorial y falla en Catalunya, tienes que hacer uno sobre la independencia.

Todo el mundo sabe que en Catalunya se va a acabar votando

¿Entonces podría ser la fórmula? Es que no sabemos cuál es la formula que ellos proponen. Esto es algo que dice ella, pero el documento del PSOE lo que decía era que “se desarrollaría el concepto de estado federal”. Puedes desarrollar el concepto de derecho a la vivienda y luego gobernar para los fondos buitre. Lo del PSOE es una risa. No ha habido ni un solo gesto hacía una reforma en todos los años que ha gobernado. No sé si es muy creible cuando, además, al llegar a la mesa de negociación con Ciudadanos acaba en una afirmación de la unidad de España.

En privado el PSC no está muy contento... El PSC tendrá problemas para explicar cómo puede haber apoyado un acuerdo político con Ciudadanos en el gobierno del Estado. Va a pagar una factura bastante grave en los próximos meses, hasta el punto de quedarse en una organización sin mucho discurso. Este apoyo es una vergüenza.

Ellos admiten que les va a desgastar.  Ellos sabrán que tienen que hacer. Les va a pasar factura.

Ha habido quejas porque el documento de Podemos ofrecía muchas soluciones de matriz identitaria, como incluír la nacionalidad catalana en el DNI, pero pocas sobre deuda, inversiones, infraestructuras... Si Podemos por una parte está planteado un referéndum para que Catalunya decida su encaje, abriendo la posibilidad de la independencia, tendría poco sentido estar al mismo tiempo renegociando algunas cuestiones competenciales. La situación es suficientemente seria.

Tendría poco sentido plantear un referéndum y estar al mismo tiempo renegociando algunas cuestiones competenciales

¿Así el orden cuál es? Primero una consulta que reconozca de facto el derecho a decidir y, una vez sepamos la opinión de los catalanes, se inicia un proceso de discusión.

¿Conseguirá el PSOE imponer el relato de que os habréis alineado con el PP? Lo intentaran en los próximos días. Y el único partido que lo ha hecho durante los años más duros de la crisis ha sido el PSOE, como cuando pactó el artículo 135. Son ellos quienes han hecho el gesto hacia la derecha. Nosotros no vamos a votar con el PP, sino con el mandato de cinco millones de personas. Nosotros venimos de la guerra. Los titulares de alguna prensa en Madrid no nos van a asustar. Venimos de parar desahucios con el cuerpo, de encontrarte tu casa un día con la luz cortada…

Si siguen obsesionados con el pacto con Ciudadanos y finalmente se va hacia unas nuevas elecciones, y hay sorpasso al PSOE, ¿será más facil un "gobierno de cambio"?  Nosotros no queremos ir a elecciones porque venimos de situaciones sociales que no pueden esperar más. Tenemos mucha prisa porque la gente necesita soluciones. Dicho esto no tenemos ningún susto en ir a elecciones y es constatable que estamos prácticamente empatados a votos con el PSOE y si vamos a elecciones nos volveremos a medir de tú a tú.

Pero en el caso de que los pasaséis por delante, ¿cambiarían las cosas? Hay posibilidades reales de pasar por delante suyo, y evidentemente contribuiremos a que esto sea así.

¿Creéis que sería distinta la actitud del PSOE si vosotros estuvieráis por delante?  A la hora de ofrecer nosotros un gobierno, sí.