Catalunya ha quedado tocada de lleno por la ola de frío y los termómetros han bajado por debajo de los cero grados, se ha convertido en un congelador. El frío es muy intenso en todo el territorio y eso causa efectos negativos directos sobre la salud, aunque pone en riesgo a algunos colectivos en especial. Las heladas matinales abrazan casi todas las comarcas catalanas: este lunes ha sido el día más frío de la semana, con temperaturas mínimas que han bajado a los -10 °C en Prades, -8,1 °C en Vic, -7,9 °C en Falset o -7,7 °C en Maials. Pero incluso en la costa, ha vuelto a helar, con temperaturas mínimas récord de -5,2 °C en el Vendrell y -3,6 °C en Vinyols i els Arcs.

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Más frío: peor salud

El frío intenso afecta directamente la salud de toda la población: agrava las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, la sintomatología de las enfermedades reumáticas y favorece los resfriados, las infecciones bronquiales y la gripe. Los días más fríos del año tienen un impacto más evidente en los colectivos más vulnerables, como las personas mayores, las embarazadas, los enfermos crónicos, los bebés, las personas que trabajan al aire libre y los sin techo. De hecho, las personas mayores, por ejemplo, tienen dificultades para detectar el frío y además, los cuesta más calentar el cuerpo. Como más tiempo se encuentran expuestas al frío, tienen más probabilidades de sufrir un ataque cardiaco, empeorar la artritis (lo que indirectamente, comporta más accidentes en casa, como caídas), tener problemas cerebrovasculares, neumonía o depresión.

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Pero las bajas temperaturas también pueden ser un problema para personas con buena salud. Un estudio (Healy, 2003) midió el exceso de mortalidad invernal en 14 países europeos y concluyó que lo que más influye es la vulnerabilidad de la población al frío, es decir, afecta más a las poblaciones menos adaptadas al frío, no a los países donde bajan más las temperaturas. Principalmente, los resfriados y las gripes se vuelven más frecuentes e incluso, pueden ser más intensos. El frío en sí no provoca estas enfermedades, pero sí que es el responsable que bajen las defensas del sistema inmunitario y la posibilidad de que un virus ataque, aumenta.

Las heladas también pueden provocar daños físicos directos, como resbalones, caídas o accidentes de tráfico derivados por la conducción sobre placas de hielo. Los casos de hipotermia y congelación aumentan en las personas que se encuentran al aire libre, trabajando o porque viven en la calle, con síntomas como la somnolencia, la debilidad, la pérdida de coordinación, la palidez y una frecuencia cardiaca muy lenta. Sin embargo, estos casos son solo un pequeño porcentaje de la mortalidad por el frío.

¿Qué hacer contra el frío?

En casa, lo mejor es intentar tener un buen aislamiento térmico, pero se recomienda vestir varias capas de ropa y aumentar la actividad física, que genera calor corporal. Mucha precaución con las estufas de carbón y gas, que pueden provocar intoxicaciones por monóxido de carbón.

En la calle, lo más importante es seguir las previsiones del tiempo, por si recomiendan no salir. Igualmente, hay que vestir varias capas de ropa, en especial cubriendo la cabeza, los pies y las manos, ya que son las zonas que dejan escapar el calor corporal con más facilidad. Se recomienda respirar por la nariz e intentar que la ropa no se moje.