Ya no es sólo la miel el problema. Si hace pocas semanas los apicultores se quejaban de la competencia desleal que suponen la mieles procedentes de China y sus a menudo extrañas composiciones y hasta una empresa catalana lanzaba un nuevo (y económico) sistema para garantizar la calidad de los productos apícolas, ahora salta la alarma en otro sector alimentario estratégico para nuestro país como es el del aceite. La alerta, eso sí, se activa en Francia, donde la Dirección General de Competencia ha detectado un nivel de anomalías muy alto en los aceites de oliva que se venden allí.

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Los problemas son múltiples y van desde el etiquetado deficiente a las menciones de origen no fundamentadas o las prácticas comerciales engañosas o presencia de pesticidas. Por todo ello, el organismo regulador francés indica que va a mantener “una vigilancia activa”.

Anomalías en el 40% de los establecimientos

De los más de 200 establecimientos sometidos a controles en los principales departamentos en los que se produce aceite y, también, en el entorno de París, un 39% ha mostrado anomalías. Además, entre los 130 productos valorados, un 80% mostró anomalías vinculadas al origen. En Francia, una botella de aceite cuesta unas tres veces más que en España así que, si vas a visitar el país vecino este verano, tenlo claro: hay más razones que el precio para que, en tu equipaje, te lleves un par de botellas de aceite si piensas cocinar durante tus vacaciones francesas.