Empezó con Trump y ahora, con Biden, continúan: Estados Unidos sigue aplicando restricciones a la importación y venta de diferentes dispositivos de telecomunicaciones fabricados en China porque los considera una “amenaza para la seguridad nacional”. Ahora le ha tocado el turno a Huawei y ZTE.

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¿Cómo se justifica?

El argumento de la Comisión Federal de Telecomunicaciones es contundente: se trata de equipos “no fiables” cuyo uso entraña una “amenaza para la seguridad nacional”. El veto, además de a estas dos conocidas compañía chinas, afecta a otros fabricantes asiáticos como Hytera, Hangzhou Hikvision o Dahua Technology. Desde la citada comisión, destacan que se trata de la “primera vez” que se prohíbe la autorización de nuevos equipos de marcas concretas a partir de “preocupaciones vinculadas a la seguridad nacional”. La decisión tiene efectos retroactivos y permitirá revocar autorizaciones previas recibidas por dispositivos de estos fabricantes. La medida deriva de la Ley de Equipos Seguros, una norma que aprobó Biden en noviembre de 2021 para, explicó “tomar medidas contra firmas chinas de telecomunicaciones” para “evitar amenazas”.

Quejas chinas

La llegada de Biden a la Casa Blanca no ha relajado unos procederes que aplicó también Donald Trump y que en China se consideran una medida que perjudica “de manera infundada” a sus compañías. Con todo, conviene recordar que Estados Unidos ha construido su prosperidad y su liderazgo mundial sobre el proteccionismo, que forma parte de su ADN y que consiste en gravar con aranceles o, directamente, prohibir la importación de productos de países competidores que puedan resultar más baratos o interesantes que los que se fabrican en Estados Unidos o en países considerados amigos.