El porcentaje ha ido descendiendo con el tiempo, y se supone que no sufrirá un repunte ahora que se cumple medio siglo, pero por increíble que pueda parecer, aún hay mucha gente en el mundo que cree que la humanidad no ha llegado a poner sus pies en la Luna, el único satélite del planeta Tierra. Una de las razones por las que todavía sigue habiendo millones de personas que creen que el hombre no ha estado nunca en la Luna tiene que haber con que internet, desde su misma popularización alberga todo tipo de teorías conspiratorias. Y en el caso la llegada del ser humano a la Luna, no iba a ser una excepción.

Un poco de historia lunar

Escasas horas después de que el Apolo XI alunizó, el comandante norteamericano Neil Armstrong hizo pie en la superficie lunar, un hecho que pudieron seguir a través de la televisión 650 millones de personas. Una cifra nada desdeñable para ser 1969, pero que desde entonces han sido millones las personas que han afirmado que aquello fue un truco que los Estados Unidos habían intentado colar al mundo a través de la NASA y una sofisticada puesta en escena mediante un estudio de televisión.

“Un pequeño paso para un hombre; un gran salto para la humanidad”, dijo un conmovido Armstrong en un momento tan histórico. En España pudo seguirse el momento a través de Televisión Española y fue el difunto periodista Jesús Hermida quien puso voz al momento, dado que era su corresponsal en el país norteamericano.

Tecnológicamente, la hazaña fue posible gracias a un ordenador al que llamaron Apolo Guidance Computer (AGC), que, atención, era unas seis veces menos potente que una calculadora científica de las que tienen hoy los jóvenes en las aulas.

Desmontando las teorías de la conspiración

No son pocas las teorías conspirativas que se han ido dando con el paso de los años. Unos planteamientos que, como suele ocurrir en estos casos, encuentran un enorme atractivo en mucha gente pero a los que la ciencia ha ido desmontando con argumentos. Veamos cuáles son las principales teorías que pretenden invalidar la llegada del hombre a la Luna y cuáles son sus explicaciones.

La bandera que ondea

Uno de los asideros a los que más fuerte se han agarrado los incrédulos ha sido el hecho de que parece en las imágenes que la bandera norteamericana que los astronautas plantaron en la superficie lunar ondeaba. Y según ellos, esto no es posible puesto que en la Luna no hay viento. Y en eso tienen razón. Lo que ocurre es que la bandera no ondeó en ningún momento sino que se quedó con una forma arrugada como consecuencia de la fuerza que los astronautas de la NASA aplicaron para clavarla en el suelo lunar. Sí que se movió al principio un poco durante unos segundos, pero solo mientras fueron maniobrando hasta que estuvieron seguros de que no se caería. Pero siempre debido a que los propios miembros de la NASA se encontraban agitando el mástil. Después, la bandera nunca más se movió ni un ápice, si bien el tejido quedó arrugado y daba la sensación de que era gracias a un viento que no había.

La ausencia de estrellas

Otro argumento para no creer en el alunizaje que tuvo lugar es la ausencia de estrellas en las imágenes. Pero también tiene una explicación científica. El hecho de que no hubiera atmósfera debería haber permitido que destacaran las estrellas del espacio.

¿Por qué no se veían en las imágenes entonces? Porque los astronautas estuvieron pisando la Luna mientras era de día y la enorme potencia de la luz solar hacía que en las imágenes, la nave, la superficie y los propios astronautas fueran los receptores de esa luz, impidiendo que el débil fulgor de las lejanas estrellas se apreciara.

Las pisadas en la Luna

Las famosas pisadas de los astronautas habrían desaparecido en cualquier superficie con atmósfera tanto tiempo después. Sin embargo, como en la Luna no existen tales condiciones, las huellas permanecen intactas medio siglo después.

El Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA, que ha estado girando alrededor de la Luna desde hace diez años, ha capturado fotografías de todos los sitios de aterrizaje de Apolo. Esa imágenes no solo confirman la coincidencia de los signos de presencia humana con los lugares donde aterrizaron las misiones lunares, sino que en algunas de ellas se pueden ver las citadas huellas de calzado en las mismas condiciones que entonces.

Pero no es algo que solo hayan podido corroborar los norteamericanos, sino que también dan fe de ello otras misiones espaciales de China, Japón y la India.

Las sombras no aparecen paralelas

Los conspiracionistas argumentan también que algunas fotos muestran sombras que no aparecen paralelas entre sí y que deberían de estarlo dado que la única fuente de luz que había era la del Sol. Por lo que añaden que entonces queda claro que tuvo que haber focos añadidos para que se creara ese efecto.

Sin embargo, la respuesta de la ciencia vuelve a ser tan lógica como aplastante, ya que el paralelismo es una cuestión de perspectiva. En una imagen bidimensional, dos líneas paralelas sobre una superficie tridimensional siempre aparecen como si acabaran convergiendo. Ocurre, por ejemplo, en cualquier fotografía en la Tierra en la que salgan dos vías del tren. Es un efecto visual que se da tanto en nuestro planeta como en su satélite.

Las fotos eran demasiado buenas

Los incrédulos argumentan que los astronautas portaban unas cámaras Hasselblad fijas a la altura de sus pechos y que no tenían un visor a través del cual enfocar. Sin embargo, siempre según ellos, las fotos que vimos gozaban de una calidad imposible de obtener operando en esas condiciones.

Como es lógico, la NASA solo distribuyó entre el gran público las mejores fotos. Hubo muchas que salieron borrosas y que aún hoy en día forman parte de su archivo. Asimismo, dentro del exigente programa de entrenamiento que recibieron los primeros hombres en alunizar, tuvieron la oportunidad de acostumbrarse a utilizar las cámaras Hasselblad hasta dominar su manejo. Unas cámaras que contaban con un gran angular que facilitaba el enfoque y que a su vez les permitió obtener secciones de imagen más grandes.