La reconversión industrial de las cuencas mineras leonesas y palentina ha sido un fracaso. Lejos de las grandes capitales, en zonas montañosas y sin muchos más recursos exportables e intensivos en mano de obra que el carbón que hoy todos desprecian, las viejas comarcas mineras de Castilla y León son la zona cero no de la España Vacía, porque nunca formaron parte de ella, pero sí de la España Vaciada, porque, no hace tantos años, fueron piezas clave del motor que movía lo que todavía hoy somos. Con todo, y como la vocación industrial es algo que no se pierde, hasta en los territorios más castigados aparecen puntos de luz que vuelven a hacer recuperar la esperanza. Eso, precisamente, ha pasado en Sabero, en la Montaña Oriental Leonesa. Allí, en el polígono La Herrera, al lado de uno de los pozos verticales más antiguos que se conservan en España (data de 1909) nació en 1995 Tecoi. Hoy, es una de las 500 empresas españolas que más crecen según el listado CEPYME 500 de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa. Su ejemplo demuestra que, aunque el turismo, las energías renovables y la artesanía son buenos complementos la respuesta a las crisis siempre es la industria.
¿Qué es Tecoi?
Tecoi es una empresa dedicada al diseño, fabricación, instalación, desarrollo y mantenimiento de estaciones de procesado de metales mediante tecnología láser, plasma, oxicorte, mecanizado de chapa y preparación de bordes para soldadura. Además de su sede central de Sabero, con 28.000 m2, tiene delegaciones en Europa, Estados Unidos, Australia, Brasil, México y Panamá que dan cobertura a los cinco continentes y garantizan la presencia actual de la firma en más de 25 países. Exportan el 85% de su producción y hoy tienen más de 150 empleados a sueldo, muchos de ellos viviendo en la comarca que les vio nacer. Su tasa de crecimiento anual en lo que a ventas se refiere es del 28%, lo que constituye un auténtico milagro en un pueblo, Sabero, que en 1995 tenía 2.272 vecinos y que hoy no pasa de los 1.088.
Un pueblo con esperanza
La presencia de Tecoi es una de las grandes esperanzas de una comarca que vio cómo sus minas se cerraron en 1991 y que tiene a Cistierna y a Sabero, donde funcionaron los primeros altos hornos de España y tiene su sede el Museo de la Minería y la Siderurgia de Castilla y León, como sus dos principales núcleos. En los años 60, cuando los empleos en las Hulleras de Sabero y Anexas y las otras empresas que operaban en la cuenca se contaban por miles, entre las dos localidades rondaban los 12.000 habitantes. Hoy, Sabero no llega a los 1.100 y Cistierna no alcanza los 3.000. Con todo, Tecoi demuestra que, incluso lejos de todo, las buenas ideas, el esfuerzo y el compromiso con la tierra que uno siente como propia (los promotores de la empresa son de la zona) salen adelante. Un servidor, que es de Barruelo de Santullán (otro pueblo minero venido a menos) no puede más que ver a Sabero y a Tecoi con una mezcla de envidia sana y orgullo. Lo que se ha hecho alli sí que es demostrar que sí se puede. Lo demás, son palabras.
