Se llaman Vattenfall, nacieron en 1909, son la empresa estatal sueca de energía y su nombre es la abreviatura de Kungliga Vattenfallstyrelsen, que significaría en nuestro idioma algo tal que Junta Real de Cascadas. Hoy generan energía en Suecia, el Reino Unido, Finlandia, Dinamarca, Alemania y Holanda y emplean a unas 7.200 personas en todo el mundo, pero hoy no son noticia por eso: lo son por su decisión de suspender el proyecto que había de permitir la construcción del parque eólico marino de Norfolk Boreas, ubicado en el Reino Unido y con una potencia prevista de 1,4 GW. Lo suspenden porque sus costes se han disparado en un 40%.

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Perderán más de 500 millones de euros

Desde Vattenfall son contundentes: a fecha de hoy, “no tiene sentido continuar con el proyecto”. Lo explica Helene Bistrom, responsable de la división eólica de la compañía. La inflación, la subida de tipos de interés y, también, la situación geopolítica están detrás, indican desde la empresa, de una decisión que se toma ante la “presión significativa” que están experimentando los desarrollos eólicos marinos. La compañía tiene previstos otros parques eólicos offshore en la costa inglesa que totalizan 4,2 GW y que espera poder ejecutar, aunque sólo indican que se “estudiarán la mejor manera de salir adelante”. En la empresa calculan que renunciar a la ejecución de Norfolk Boreas puede suponer hasta 536 millones de euros en pérdidas.

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Costes

En los últimos dos años, el coste de levantar un aerogenerador marino ha crecido en un 38% y algunos de los metales que se emplean (cobre, zinc, manganeso, molibdeno o, también, las tierras raras) han visto incrementar sus precios en más de un 90%.  Sin duda, la decisión de Vattenfall es también una mala noticia para la industria eólica española, líder en la fabricación de torres para aerogeneradores eólicos marinos.