Stephen King, ese señor que vende libros como churros y ha llegado hasta a sonar para el Nobel de Literatura, considera que no existe razón alguna para pagar (si eres él) por disponer en Twitter de una cuenta verificada. Así lo ha hecho saber, precisamente en esa misma red, este mismo 1 de noviembre después de que Elon Musk, nuevo propietario de la red social, haya amagado esta semana con empezar a cobrar a quienes disponen de una cuenta verificada. Primero se habló de 20 dólares al mes pero, ahora, parece que serán menos: el sudafricano le ha propuesto al escritor que mejor dejarlo en 8.

King cree que deberían pagarle a él

El planteamiento de Elon Musk parte de un hecho: uno de los grandes problemas que arrastra Twitter desde que inició su andadura es la dificultad de convertir el servicio que presta en dinero. Aquí llegados, y después de haber adquirido la red hace nada, Elon Musk plantea, como el empresario que es, fórmulas para maximizar las ganancias y señala a quienes cree que obtienen un mayor beneficio del servicio que Twitter presta: los usuarios verificados que son, en su mayoría, personas públicas, instituciones o empresas.

El planteamiento no parece descabellado de entrada, pero Stephen King, uno de los personajes públicos que utiliza la red Twitter, lo desmonta: el escritor considera que es Twitter quien debería pagarle a él por estar y no él quien debe pagar a Twitter por el servicio que le presta. ¿Qué vale más? ¿El contenido que generan los usuarios que, como King, atraen público y utilizan una cuenta verificada o el canal que Twitter les pone a disposición para que expresen sus opiniones? En España, escritores como Arturo Pérez Reverte hacen uso de cuentas verificadas y atraen numeroso público a la red. Él, como King, es uno de los titulares de cuenta que, a juicio de Musk, deben pagar. ¿Estaría don Arturo dispuesto a hacerlo? Difícil respuesta, pero intuyo que piensa de manera parecida a Stephen King.

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Ahora, 8 euros

De inicio, Musk propuso obligar a todos los titulares de cuentas verificadas a contratar el servicio Twitter Blue, que pasaría a costar 20 dólares mensuales en lugar de los 5 actuales, pero ahora ha matizado la cosa: con 8 dólares basta y, de hecho, así se lo ha propuesto a King después de leer su tuit de queja. “Tenemos que pagar las facturas, no podemos depender totalmente de los anunciantes. ¿Qué tal 8 dólares?” la ha contestado. Según Musk, el actual sistema de verificación no sirve y, por eso, y dando por hecho que lo de Stephen King no va a ser sólo algo puntual, rebaja el precio. Quien acceda a pagar esos ocho euros obtendrá, además de la marca de verificación, “prioridad en las respuestas, menciones y búsquedas” y la posibilidad de publicar vídeos largos. Con los pagos, Musk adelanta que Twitter obtendrá una “fuente de ingresos para recompensar a los creadores de contenido”. En sí, el dilema es el de siempre: ¿qué vale más? ¿El canal o lo que circula por él?