Se ha ensayado en la provincia de Lleida, dentro del marco de los territorios de la DON Costers del Segre, ha sido impulsado por el Institut Català del Vi (INCAVI) y se presenta como la gran esperanza para|por los cultivos vitícolas: su nombre es Regvallcorb y permite reducir el volumen de agua que se aporta en estas plantaciones entre un 30 y un 40% sin que la calidad del vino empeore

viñas / Pexels
 

Seis años

El proyecto ha implicado seguimientos continuados durante seis años en unas fincas demostrativas de riego en viña en el valle del Corb, en el municipio leridano de Verdú. La acción incluía apoyo digitalizado en el riego de la viña con el fin de garantizar la viabilidad a pesar de la sequía mediante una red de sensores meteorológicos y de humedad del suelo en diferentes estrategias de riego. Con los datos obtenidos, se han redactado un boletín informativo que recomienda la oportunidad y el volumen de riego y que han permitido demostrar que, con un conocimiento global de los factores que condicionan el riego, se puede reducir el volumen de agua aportada entre un 30 y un 40% respecto de las dosis indicadas como referencia sin que la calidad del vino disminuya. Así, el volumen medio de riego aplicado en los últimos seis años en la viña de referencia ha sido de 1.180 m3, con un máximo de 1.370 m3 y un mínimo de 930 m3 según las condiciones de cada año.

Riego de apoyo

Estos volúmenes se consideran como riego de apoyo, que es el riego con el cual se compensan las necesidades hídricas de un cultivo de secano que no tiene bastante con el agua de lluvia para sobrevivir y dar una producción rentable y de calidad. Por lo que hace la producción, se ha demostrado que la introducción del riego monitorizado a la viña de secano permite mantenerla estable durante los años y evita que en épocas de sequía como la que vivimos sufra grandes bajadas. Con la introducción del riego en este tipo de cultivo, se consigue mantener la cosecha a unos niveles adecuados, tanto económicos como de calidad.

El Departamento, a través del INCAVI, apuesta, con proyectos como el Regvallcorb, por la transferencia de conocimiento a los viticultores y centra las líneas de actuación en el impulso de la digitalización del cultivo, la tecnificación de la aplicación racional del agua de riego y la mejora del conocimiento del comportamiento de la viña ante las nuevas situaciones de cambio climático.