El futuro de la aviación, dada las actuales limitaciones de las baterías de litio, parece que no será eléctrico, porque la autonomía que exige una aeronave debe ser mayor que la de un vehículo de cuatro ruedas. Por eso, como ya sucede cuando se habla de camiones, los fabricantes de motores aeronáuticos plantean una alternativa diferente al litio: el hidrógeno. Y la primera gran marca que ha sido capaz de hacer funcionar un motor aeronáutico con hidrógeno es una vieja conocida: la británica Rolls&Royce. Al hacerlo, han abierto una puerta por la que van a transitar muchos otros, entre ellos fabricantes de vehículos que no son aviones. 

Rolls Royce
Rolls Royce

Prueba exitosa

De momento, lo que se ha hecho es una prueba que se ha desarrollado en la antigua base militar de Boscombe Down, en Inglaterra. El protagonista no ha sido un motor desarrollado desde cero, si no uno que lleva funcionando con eficacia tres décadas: el AE 2100 que monta el Lockheed Martin C130J Hércules.

Para superar la prueba, lo ingenieros de Rolls&Royce despojaron al motor de su estructura exterior, lo montaron sobre una plataforma de pruebas y le suministraron hidrógeno. Finalmente, lograron hacerlo arrancar y que funcionase a velocidad baja. ¿Fue un éxito? Sí, según ellos, fue un éxito completo. Como os habréis dado cuenta, no hablamos de un motor eléctrico alimentado con pila de hidrógeno como los que plantean Hyundai para camiones o el que equipa el Toyota Mirai: Rolls&Royce, porque sus ingenieros son clásicos, se ha limitado a alimentar con hidrógeno un motor de combustión y eso es todo un avance, porque da nueva vida a unos propulsores sobre los que, injustamente, pesa un sentencia de muerte: ahora se ha demostrado que un motor de explosión se puede alimentar con combustibles que no generan gases de efecto invernadero cuando se queman. Ahora, se ha demostrado que un motor de combustión puede ser también un motor cero emisiones.

¿Y ahora qué van a hacer?

Lo siguiente será evaluar si otros motores de la marca, como por ejemplo el Pearl 15 que equipan jets como los Bombardier Global 5500 y 6500, pueden funcionar con hidrógeno. Si se consigue, habrá que plantear muchas más cosas como, entre otras, un nuevo diseño para unos aviones que tendrán que ser capaces de transportar grandes cantidades de hidrógeno de manera segura. Lo importante es que la puerta está abierta y, sí, saber que los motores de combustión puedan quemar hidrógeno es algo que también va a afectar a los coches. Rolls&Royce, y de nuevo lo demuestra, es mucho más que una simple marca de automóviles de lujo.