Sin mejores redes de distribución, la transición verde no será posible. En toda Europa, la capacidad de producción de energía solar supera ya a la de centrales térmicas y en 2030 se cuenta con que se alcancen los 600 GW. Y hacen falta redes más capaces.

Redes pensadas para sistemas de generación centralizados

Las redes de distribución de Europa y Estados Unidos se concibieron en su día para sistemas de generación centralizados, pero la revolución verde cambia el paradigma. Ahora ya no tenemos unas cuantas térmicas y nucleares muy potentes repartidas por los diferentes territorios. Lo que habrá de ahora en adelante serán instalaciones de tamaño medio y pequeño distribuidas de manera capital y las redes de distribución tendrán que adaptarse. Las redes actuales están congestionadas y esta situación lastra el desarrollo de nuevos parques solares hasta laminar la ventaja competitiva que estos puedan tener. Así lo consideran, al menos, desde Eurelectric y SolarPowe Europe, dos de las patronales eléctricas más importantes del continente.

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 “El sistema energético está cambiando rápidamente, por lo que necesitamos un enfoque nuevo y proactivo al modernizar y expandir nuestra red eléctrica. Esto significa diseñar planes de red con un enfoque renovable más sólido que considere horizontes temporales más amplios y se centre en áreas de baja tensión más detalladas, donde la mayoría de las conexiones fotovoltaicas tienen lugar”, dijo Kristian Ruby, Secretario General de Eurelectric.

¿Qué se puede hacer?

Ambas asociaciones consideran que los Estados miembros deben asegurarse de que la planificación de la red sea integral, reconociendo las necesidades de expansión de la infraestructura, la digitalización y la implementación de flexibilidad en la red. En este contexto, el papel de la Comisión Europea es clave: debe optimizar las conexiones a la red y lograr una integración “más rápida” de la solar fotovoltaica. Hoy, las reglas de conexión a la red difieren considerablemente entre fuera y dentro de los países de la UE, especialmente a nivel de baja tensión. Con este fin, “se deben establecer reglamentos nacionales para describir procedimientos, detallar plazos y explicar los roles de los actores relevantes”. Al tiempo, es necesario comunicar de manera clara a los operadores qué capacidad de red queda disponible pues, con ello, estos podrán decidir de manera más eficiente las ubicaciones de nuevos proyectos. El intercambio de información, consideran, es mejorable y la transparencia, también. El crecimiento solar de Europa, concluyen, “depende de una infraestructura eléctrica adecuada para su propósito”. Por ello, desde las dos patronales se insta a los responsables políticos a mejorar el papel fundamental de la red en la habilitación de la descarbonización de Europa, expandiendo su capacidad, simplificando los permisos e invirtiendo en su digitalización.