Admítelo: nada te haría más feliz que encontrar algo con lo que despegar a tu infancia a cargo de las pantallas y compartir con ellos un buen rato como aquellos con los que, a veces, llenaba tu padre contigo sus tardes cuando no levantabas del suelo más de metro y medio y un juguete sencillo os entretenía a los dos durante horas. Hoy, aunque no lo creas, una pequeña empresa catalana (NG Castillos) que puede ayudarte a conseguirlo porque fabrica algo con lo que, casi seguro, jugasteis tu padre y tú,

Los castillos de cuando eras niño
NG Castillos tiene al frente a Quim Arumí, un emprndedor convencido de que, en este mundo tan tecnificado, queda todavía tiempo para el sosiego que exigen juegos de construcción como los de antes y que empezó su proyecto convencido de que lo que hoy fabrica NG Castillos no es solo un juguete, sino una afición capaz de unir delante de ladrillos de plástico a padres, hijos y abuelos. “A los más pequeños les fascina poder crear los mundos que imaginan, pero también hay algunos adultos que son capaces de construir auténticas obras de arte”. Sus castillos, de hecho, son para los más mayores un regreso a la infancia y para los pequeños, una llave a otra manera de jugar que no precisa de pantallas y, quién sabe, quizá también una puerta a una vocación futura. Y, al tiempo, cumplen una doble función (antitética si se quiere) muy interesante: alejan a los pequeños de las pantallas y acercan a los mayores a la tecnología: “Es verdad, porque invitan a los más jóvenes a descubrir un ocio distinto que permite trabajar habilidades como la concentración, la coordinación fina y el razonamiento y animan a los mayores a descibrir las nuevas tecnologías; porque es, precisamente, en la red donde pueden encontrar planos para realizar nuevas creaciones o acceder a foros y espacios en los que pueden reolver dudas, conocer productos nuevos y compartir experiencias”, explica Arumí.
Desde 2014
NG Castillos lleva trabajando desde que, en 2014, decidieron volver a hacer llegar a las jugueterías un producto que desapareció por malas gestiones empresariales. Lo hacen, eso sí, con la misma calidad que identificó a la antigua marca Exin: “Para nosotros es un auténtico orgullo poder fabricar, diseñar y vender este maravilloso juguete. Es un sueño hecho realidad y, por eso, apostamos por la calidad y el buen diseño: no queremos bajar el listón como, por desgracia, lo bajó en su día Popular de Juguetes cuando hace ya unos años lo retomó. Hoy, ellos ya no están y nuestra referencia, por supuesto, es Exin, la empresa que inició esta aventura en los años 60. Nos gusta lo que hacemos y, por lo que dicen quienes confían en nosotros, lo hacemos bien. Nuestros castillos se compran para muchos niños y niñas, pero también se los autorregalan adultos con años de experiencia entre piezas como las nuestras que, de nuestra mano, tienen la oportunidad de disfrutar de una afición sana y creativa que relaja y hace feliz a quien la practica. La verdad es que no ha sido sencillo, porque poner todo esto en marcha ha supuesto un desafío notable en términos económicos y tecnológicos, pero aquí estamos”. Todos sus productos puedes encontrarlos en jugueterías especializadas y en su web. Su bloques, que reproducen el marmoleado que hizo legendarias a las piezas de Exin son, además, 100% compatibles con los castillos de cuando eras niño así que, si los coservas, ya sabes.