El comercio de proximidad que resiste la competencia de las grandes cadenas de distribución y de las ventas online puede encontrar en estas segundas un ingreso complementario. Coyunturas como la de Barcelona, donde el consistorio pretende que hasta el 40% de las entregas de paquetería tengan lugar en puntos físicos situados a no más de 200 metros del domicilio del destinatario abren esta vía.

/uploads/s1/36/20/89/41/paquete-amazon-pixabay_15_630x420.jpeg
 

El ejemplo de Kanguro

En Barcelona, un ejemplo es la empresa Kanguro, firma especializada en ofrecer soluciones a los operadores logísticos que ha articulado ya una red de puntos de entrega no abanderados en los que los comercios de proximidad son pieza clave. Gracias a su participación en la cadena logística se evitan las entregas fallidas, se reduce el número de desplazamientos al domicilio del cliente y se ofrece a éste la posibilidad de retirar el paquete cuando más le conviene, evitando tener que estar presente en casa durante la franja horaria de entrega para esperar al repartidor. Al tiempo, los comercios obtiene una comisión por cada paquete recogido en su local e incrementan su visibilidad, dado que tienen más afluencia de público y, en consecuencia, más posibles ventas cruzadas y fidelización de clientes.

El 90 % de las entregas son todavía a domicilio

Con todo, y según datos facilitados por la propia Kanguro, la falta de puntos de referencia hace que el 90% de las entregas se realicen todavía en el domicilio del cliente. Como alternativa, Kanguro, que consiste en una red logística no vinculada a ninguna empresa de paquetería en la que los puntos puedan recibir y entregar paquetes de todos los operadores logísticos. El pago que un comercio recibe por cada paquete que recibe y entrega suele, siempre, ser inferior a un euro y varía en función del proveedor. Como ingreso directo, no en raras ocasiones reporta más de 200 euros mensuales, pero al afluencia extra de público genera más ventas.