No importa el móvil que tengas. Ya puede ser el más caro que aunque traiga la mejor protección de serie, nada impedirá que en el momento menos esperado sufra una arañazo, un golpe o una caída. En cualquiera de esas situaciones, la pantalla puede sufrir desde un ligero desperfecto a quedarse hecha añicos. Con los móviles ocurre algo similar a lo que sucede con las motos: si pasas mucho tiempo utilizándola, algún día te caerás.

Lo cierto es que los móviles de gama alta están dotados de las pantallas con los vidrios más resistentes, y eso se nota en el día a día, sin ninguna duda. Pero aun así, pueden acabar rayándose o rompiéndose en determinadas situaciones. Por eso, lo ideal es proteger esas pantallas desde un principio. Pero la duda que le surge a cualquier usuario es, ¿qué utilizo para salvaguardar la integridad de mi teléfono en la medida de lo posible? Veamos las distintas opciones que ofrece el mercado.

PET

El PET es un tipo de polietileno y por lo tanto un plástico. Es el protector que menos garantiza la protección contra los rasguños y los golpes pero, a cambio, es muy liviano, delgado, suave al tacto y es el que menos se nota visualmente en la pantalla del teléfono. Es bastante rígido y por lo tanto no sirve para proteger del todo las pantallas de los móviles cuyos extremos laterales son curvos.

TPU

Por su parte, el TPU –otro plástico– es un poliuretano y resulta flexible aunque bastante complicado de instalar en la pantalla del móvil si no tienes demasiada pericia por la posible aparición de burbujas. No es muy suave al tacto, de hecho presenta una textura cercana a la goma y dota a la pantalla un brillo que puede parecer no demasiado natural. De todos modos, esa flexibilidad que tiene hace que pueda cubrir sin problema todo tipo de pantallas, como la curvas, y resiste mejor los golpes que los protectores de PET.

Cristal templado

Es más resistente a los rasguños y las caídas que los anteriores. Aunque con el cristal templado ocurre que su protección depende del grado de resistencia que ofrezca. Y este grado se mide según la escala de Mohs. Una escala que va desde el 1H al 10H, siendo esta última la más dura y resistente ante cualquier agresión externa. Lo más habitual es que los cristales templados que te encuentres a la venta tengan 8H o 9H y, por tanto, una resistencia muy alta.

Además hay que tener en cuenta tres aspectos más. Por una parte el grosor del cristal y, por otro, la transparencia del mismo. Una mala combinación de ambos factores pueden hacer que la pantalla de tu móvil no se vea tan bien como desearías, o al menos de una manera tan fidedigna a como presenta las imágenes de serie. El tercer aspecto a no dejar de lado es de la capa oleofóbica. O dicho de otra manera, la protección que ofrece el cristal ante las huellas que en él van dejando los dedos. Si el cristal templado es demasiado barato, su capa oleofóbica será mala y entonces tendrás una pantalla llena de huellas continuamente.

Protector de gel

Seguramente el menos conocido de los protectores pero no por ello el menos indicado, ni mucho menos. El protector de gel está compuesto por una clase de resina y aunque puede parecer a simple vista más débil que el cristal templado, no es así. Su condición le permite adherirse mejor a la pantalla haciendo que hasta los bordes de la misma queden protegidos. Normalmente resiste mejor que el cristal templado los impactos debido a que los absorbe mejor. Ofrece una buena prestación ante los arañazos y los fabricantes de los protectores de gel destacan su protección antibacteriana y frente a los líquidos.

Por último, también hay que decir que no es nada sencilla su instalación en el móvil por lo que se recomienda acudir a un especialista para hacerlo. Y pese a que cada vez hay más expertos en las tiendas especializadas que lo realizan, lo cierto es que no se encuentran en cualquier punto de venta de móviles.