Atlanta acogió los Juegos Olímpicos en 1996, es la ciudad donde Coca Cola y la CNN tienen su sede, Lo que el Viento se Llevó pasó allí y, en agosto de 2019 –y esto es lo que hoy nos ocupa- se prohibió la circulación de patinetes eléctricos en sus calles desde las 21:00 hasta las 4:00. Y no fue buena idea.
Poderosas razones
La razón de tan drástica medida hay que buscarla en el excesivo incremento de la mortalidad por accidentes de tráfico que se registró en aquel año. Los protagonistas de los siniestros, y así lo detectaron las autoridades, fueron mayoritariamente conductores de patinete eléctrico. No hubo dudas, pues: sin patinetes por las noches (el momento en el que mayor número de accidentes sucedían) se acabaría el problema.
Consecuencias indeseadas
¿Qué sucedió? Pues lo que nadie se imaginaba: el tráfico en la ciudad aumentó un 10% justo después de prohibirse los patinetes por la noche y los atascos se hicieron más frecuentes y largos. Se contabilizó, en concreto, que duraban entre dos y cinco minutos más. Lo más sorprendente fue que la franja horaria para la que se decretó la prohibición no era una hora punta ni de lejos y, por eso, la conclusión fue clara: si como algunos proponían la prohibición se ampliaba a todo el día, la congestión del tráfico podría llegar a límites imposibles de gestionar. Durante 45 días, se elaboró un estudio que arrojó las alarmantes conclusiones indicadas y que estimó que el mayor uso del coche, los atascos más habituales y la mayor duración de los trayectos que podría llegar a generar la prohibición harían perder hasta cinco millones de euros al año a la ciudad. Sin duda, prohibir es una mala idea.