Una de las quejas recurrentes de las asociaciones europeas de agricultores tiene que ver con las limitaciones que se les imponen para utilizar diferentes productos fitosanitarios de eficacia contrastada y la manga ancha que se aplica al tiempo para permitir que lleguen hasta el territorio de la UE productos tratados, precisamente, con fitosanitarios como los que aquí se vetan y sí se permiten usar en otros países con la consiguiente reducción de costes. Es competencia desleal auspiciada, consideran las asociaciones de productores, por la propia UE, que estaría así y según ellos favoreciendo a países terceros. Ahora, Francia ha decidido atender a las quejas de sus productores de cereza y acaba de prohibir que lleguen al país galo cargamentos de cerezas tratadas con fosmet.

¿Qué es el fosmet?
El fosmet es un insecticida que se emplea para combatir plagas como la que genera la Drosophila suzukii, una mosca invasora que llegó a Francia hace diez años. El insecticida, que genera según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA) “riesgos inaceptables para operadores, trabajadores y transeúntes”, no puede utilizarse en la UE desde 2022. Tal prohibición genera preocupación entre los productores de cereza, ya que consideran que pueden reducir sus cosechas, pues las sustancias autorizadas, entre las que figuran las piretrinas naturales, la rotenona o la azidiractina, son menos eficaces. Atendiendo a sus protestas, Francia ha decidido impedir la entrada en el país de cerezas tratadas con fosmet.

¿Y en España?
La prohibición, de momento, sólo impera en Francia, pero Macron y su gobierno han solicitado ya a las autoridades de la UE que se extienda a todo el territorio comunitario y, también, ha presentado una petición de medidas de apoyo a los agricultores afectados para compensar las menguas de producción. Proteger al medio y al ser humano de pesticidas potencialmente nocivos es positivo pero, también, conviene que las mismas reglas que valen para unos sirvan para todos. No hacerlo, equivale a colocar a nuestros agricultores en inferioridad de condiciones. ¿Conviene eso en un momento en que todo el mundo insiste en la conveniencia de proteger el mundo rural y los productos de proximidad?