Los coches han subido hasta límites insospechados y, hoy, es muy difícil encontrar un vehículo que pueda prestar servicio a una familia de cuatro personas y cueste menos de 30.000 euros. En este contexto, alternativas como el renting, que unen en un sola cuota disfrute del vehículo, impuestos, mantenimiento y reparaciones se convierten en una alternativa de interés. En paralelo, otros productos imprescindibles para nuestra vida cotidiana tal como la tenemos concebida (sí, nos referimos a los móviles) disparan también sus precios y ¿qué respuesta se nos presenta? Aciertan ustedes: el renting también llega a los móviles.

Teléfonos que cuestan más que un ordenador
A fecha de hoy, los teléfonos de alta gama cuestan tanto o más que un ordenador (de hecho, eso es lo que son) y no es raro hablar ya de importes superiores a 1.000 euros por un terminal. El renting se configura así, igual que sucedió hace nada en entornos empresariales, como alternativa válida también para móviles y otros dispositivos similares. Con ello, el usuario se garantiza siempre disponer de modelos actualizados y no asume directamente la depreciación de su dispositivo. En noviembre pasado, un estudio elaborado por la consultora IO Investigación indicaba que hasta un 38% de los españoles estaba dispuesto a valorar la posibilidad de contratar un móvil en renting.

¿Qué ventajas ofrece el sistema?
El primero, olvidarse de la obsolescencia que, si hablamos de móviles, no es que esté programada, que también, sino que avanza a pasos de gigante porque, en el sector, la innovación es constante. El segundo, que no es baladí, tiene que ver con nuestra dependencia de estos dispositivos, ya que los contratos de renting de móviles incluyen, como los de los coches, servicio de sustitución en caso de avería y el tercero se vincula con eso tan complicado de entender que se llama amortización y que implica, por ejemplo, que nuestro teléfono pierda valor simplemente con sacarlo de la caja. Ya lo dicen los apóstoles de la nueva economía: llegará un día en que no tendremos nada y seremos felices.