No es ningún secreto que se cuentan por millones las personas que comparten sus contraseñas de los servicios de streaming de vídeo con familiares o amigos. Ocurre también en otros servicios como es el caso de Spotify, pero desde que los amantes de las series y las películas vieron cómo Netflix, HBO o Amazon Prime Video llevaban a los hogares un nuevo universo de catálogos audiovisuales con el que disfrutar de las mejores series del momento, comenzó la picaresca.

Los expertos vaticinaban que cuando estas compañías llegaran ofreciendo su producto a un precio asequible, se acabarían prácticamente las descargas ilegales. Y de hecho, aunque no ha acabado siendo tan drástico, los cierto es que las cifras de lo que se considera como piratería han descendido a cifras cercanas a lo residual.

Streaming

Ahora, sin embargo, el uso compartido de contraseñas en servicios como Netflix o HBO es una práctica que muchos consideran normal. Y lo cierto es que grandes compañías como las citadas no han estado en contra de esta práctica, a pesar de que han sabido perfectamente de su existencia y del perjuicio que les podía suponer.

Pero la idea del gratis total no suele durar mucho generalmente en una economía de mercado, y la presunta falta de interés de empresas como Netflix en el comportamiento irregular de muchos de sus usuarios, al compartir el acceso con terceros, parece estar pasando a la historia.

La gran mayoría de las compañías del mundo audiovisual se han unido en la búsqueda de soluciones satisfactorias que les permitan controlar el desmadre que se ha instalado entre la población de los países en los que operan. Al fin y al cabo, las cantidades de dinero que están dejando de ingresar, al hacer la vista gorda con el asunto de las contraseñas compartidas, son muy cuantiosas. Se calcula que de unos 6.600 millones de dólares solo en 2019.

El fin del intercambio de cuentas de Netflix o HBO

Para garantizar que solo los usuarios autorizados accedan al contenido, compañías como Netflix, HBO y otras, se han unido en la llamada Alliance for Creativity and Entertainment. De esta manera, estas compañías quieren encontrar formas eficaces de evitar el intercambio de cuentas, ya sea a través de cargos por servicios u otras medidas legales.

Las medidas que se están considerando son de varios tipos. Por un lado, requerir a los usuarios que cambien sus contraseñas periódicamente o que usen sistemas de autenticación de dos factores, como muchos servicios lo hacen en Internet. En la práctica, esto requerirá que los usuarios reciban un elemento de autenticación adicional en su teléfono, el que tengan registrado en el servicio de streaming.

Netflix mando

Otras maneras de control contra el fraude que podrían implementar, podrían tener que ver con la creación de barreras geográficas para el uso de cuentas. Cada vez que se encuentre un dispositivo fuera de su hogar, esto podría ser considerado como una violación de la legalidad. Aunque conviene aclarar, que por supuesto, en este caso quedarían excluidos de esta medida los dispositivos móviles.

Pero las medidas podrían ir aún más allá, si las anteriores fallaran. Se podría llegar a llevar a cabo una autenticación biométrica, como la obligatoriedad que acceder por medio del reconocimiento de la huella dactilar. Y esa sí sería una barrera mucho más complicada de superarse por parte de quienes se están aprovechando actualmente de utilizar las contraseñas de usuarios reales.