El límite es 2035 y solo faltan 11 años. En esa fecha, Mazda, la marca japonesa que se ubica en ese difuso espacio que separa a Nissan y Toyota de Lexus, quiere convertirse en una empresa neutra en carbono mediada la próxima década.

Mazda CX 30
 

Frontera 2030

Antes de alcanzar ese hito, los de Hiroshima, tienen un horizonte más inmediato que es el que se dibuja para el año 2030. De aquí a entonces, el fabricante espera haber reducido sus emisiones de dióxido de carbono en un 69%. Hoy, la actividad de las fábricas genera el 75% de las emisiones de CO2 de la multinacional automovilística.

¿Qué plantean?

Para alcanzar sus objetivos, la directiva de Mazda plantea un plan con tres líneas de trabajo. La primera es emplear la energía de manera más eficiente, la segunda, sustituir energías convencionales por renovables y la tercer, emplear para los procesos internos combustibles neutros en carbono. La antigua Toyo Kogyo Co. (que se fundó en 1920) estrenó su actual nombre a principios de los años 30 y lo tomó de Ahura Mazda, el dios persa de la luz y la sabiduría. En Mazda, cuentan con que esa divinidad los ayude a encontrar el camino que quieren seguir. Cabe decir, sin embargo, que también se encomiendan a Jujiro Matsuda, su fundador. ¿Por qué? Pues porque su apellido se pronuncia en japonés precisamente igual que Mazda. Por eso (y también por evocaciones= fue que lo escogió en su día para la empresa.